Expresiones de la Aldea, Tertulias de la Aldea

La Batalla de los Niños

Por José Villegas

El Paraguay era un país con una riqueza enorme, manejado por verdaderos líderes populares como lo había sido el Dr. Francia, Carlos Antonio López y Francisco Solano López. Con una economía planificada en base a las rentas de sus exportaciones, tales como yerba y tabaco, y sus valiosas maderas que se cotizaban en Europa. Poseía ferrocarriles de cientos de kilómetros de recorrido; astilleros y una extraordinaria flota mercante; telégrafo y una capital (Asunción) moderna con teatro, clubes, escuelas normales, modelos en América, y calidad de vida para todos sus habitantes.

Las consecuencias al finalizar la guerra serán devastadoras. Sólo para mencionar la cuestión demográfica diremos que, teniendo en cuenta que la población paraguaya, al comenzar la guerra, era de aproximadamente 1.000.000 de habitantes, al finalizar la misma el país contaba con tan sólo 194 mil habitantes.

De éstos, tan solo 14 mil eran hombres (de los cuales eran niños de menos de 10 años un 70% aproximadamente, y tan solo tenían más de 20 años unos 2100), y el resto mujeres (los sobrevivientes representan entonces un 7,22% población masculina, y un 92,78 femenina).

Son aproximadamente 180.000 mujeres al finalizar la guerra, lo que nos muestra que se han asesinado unas 220 mil, entre mujeres y niñas, (que constituyen el 55% de la población femenina al comenzar la guerra). En términos porcentuales, en la guerra se mata al 99,4 % de la población masculina mayor de 20 años. En total, un 75,75 % de la población total, muerta.

Acosta Ñu (aludida por Tasso Fragoso como batalla de Ñú Guazú – Campo Grande), fue una de las tantas y más terribles batallas de la historia militar del mundo. De un lado estaban las tropas de la triple alianza (mayoritariamente brasileñas), con veinte mil hombres. Del otro, en el medio de un círculo, los paraguayos con tres mil quinientos soldados de nueve a quince años, junto a quienes combatían quinientos veteranos comandados por el General Bernardino Caballero.

La batalla fue librada el día 16 de agosto de 1869, y fue necesaria para proteger la retirada de las tropas del Mariscal Francisco Solano López hacia Cerro Corá, luego de la derrota sufrida por sus tropas en el combate de Piribebuy.

Los Niños soldados de Acosta Ñu

Los paraguayos quedaron en un «círculo de fuego», mientras sufrían el ataque brasileño por los cuatro costados. Pero lo más aterrador venía por el oeste con las fuerzas comandadas por el yerno del emperador, Luis Filipe Gastao de Orleans, Conde D’Eu.

En una terrible desproporción de fuerzas, la resistencia duró ocho horas. Dice Julio José Chiavenatto (periodista brasileño): Los niños de seis a ocho años, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileños, llorando que no los matasen. Y eran degollados en el acto.

Escondidas en la selva próxima, las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas agarraron lanzas y llegaron a comandar un grupo de niños en la resistencia.

Finalmente, después de un día de lucha, los paraguayos fueron derrotados. El conde D’Eu, el comandante de la guerra, después de la insólita batalla de Acosta Ñu, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres de sus hijos y socorrer los pocos sobrevivientes, fue entonces que el conde D’Eu mandó incendiar la maleza, matando quemados a niños y madres.

Las bajas paraguayas: 3.500 niños combatientes muertos y casi la totalidad de los veteranos. Las bajas brasileras: 46 muertos y 245 heridos.

Los Niños soldados de Acosta Ñu