Por Daniela Silvera (*)

(I)

 
Estoy llena
de tigres cansados,
me corresponden vacíos,
pero reniego de ellos.
Todo flota de mis manos
porque no tengo tierra donde anclarlo.

(II)

Las sombras chismosas nos han acorralado
Nuestros ojos ya no pueden mirarse
Mi piel no puede responder al llamado de tu piel
Habitamos el país del desencuentro
Voces foráneas me impiden escucharte
Siento que me presientes cuando me he ido
El lapso no termina de asentarse entre nosotros
Terceros nos espían
Nuestros besos quedaron flotando entre mis orejas
He quedado anclada a tu geometría interna

(*) El primer texto corresponde a la presentación “El Silencio Habla”.

Hola, soy Daniela.

A veces me siento y escribo, a veces me siento y no escribo. No me gusta mucho estar parada.