Mi nombre es María Isabel Robledo, nací en La Pampa y actualmente resido en Villa Mercedes, San Luis. Mi padre se llama Jacinto Ramón Robledo y mi madre es María Victorina Frías, ambos oriundos de General Pico, La Pampa.

Comparto mis días con mis dos hijos: Michel Robledo y Jonatan Robledo.

Durante mi niñez compartí juegos con primas y amigas, como la mancha. La rayuela era uno de mis favoritos, y recuerdo que usábamos las muñecas grandes que me regaló mi madre en aquel entonces. Era feliz dentro de lo que se podía.

Solo tenía 5 años y ya quería cantar… Tenía una inclinación hacia el folclore, de hecho era la cantora de los actos, recuerdo que en aquellos años cantaba “Jarillero”, del gran Antonio Tormo, mi maestra me acompañaba con el piano de la escuela y muchos más, ensayar con ella era hermoso. Luego fui creciendo y entonando cuecas de los pagos de Cuyo, tenía un tío que se llamaba Carlos, que ya no está… Él tocaba la guitarra y era muy amigo de músicos cuyanos, le encantaba la tonada …y a mí me pedía que cantara en las navidades… yo feliz. Mis raíces son de la provincia de San Luis y del Saladillo, por parte de mi abuela paterna, ella era oriunda del Saladillo, y por parte de mi abuela materna, de San Luis.

En este momento cumplo mi función en eventos culturales de la municipalidad de Villa Mercedes. Soy cantautora, escribí mis poesías a los lugares emblemáticos que tiene nuestra Villa. Su gente, sus colores, sus costumbres y lugares, sus obras, su infraestructura…

A los 11 años le pedía a mis padres que me dejaran ir a una academia en donde enseñaban guitarra, empecé y cuando descubrí las primeras notas empecé a entonar, a los profesores les gustó, por lo que me propusieron hablar con mis padres para llevarme a las peñas. Desde ese día me sacaron de todo: casi ni a la vereda me dejaban ir, lo sufrí y mucho.

Los años pasaron y a mi mayoría de edad emprendí un proyecto musical, la música vive en mí y armamos una bandita de cumbia. En poco tiempo me descubre un productor en una bailanta, yo le tenía que hacer soporte a Carina Crucet, de ahí viajamos a firmar con el Sello LAN PROD, de hecho mi disco se distribuyó a todo el país por BMG, mi nombre artístico era Dayana en la tapa y llevaba el título de una de las canciones: “Corazón hechicero”. Por razones que no vienen al caso me vine a Villa Mercedes y decidí no volver más .

Lo mío se desarrolla aquí en mi Villa Mercedes. Volviendo a mis raíces, al folclore. Encontrarme con un gran guitarrista como Jorge Poblete me dio un respaldo musical y se me abrieron muchas puertas.

Viajar me emociona. Siempre me atrapó esto de crear, cantar y viajar, conocer otras culturas. Es lo que amo y lo cultivo .

Me apasiona la tonada porque es rica en su esencia, sus dichos profundizan lo real y va acompañada de un cogollo, describiendo el momento para quien vos quieras agradecer: por un encuentro entre amistades, un cumpleaños, un aniversario, en la tonada se espera el cogollo y el que lo recibe paga con un vaso de vino o en casos, (como me ha pasado), como con don Félix Máximo María, un champán, acompañado con su libro titulado “Recuerdos de aquel boliche”.

Yo digo que nos llevamos muchas razones que nuestros padres nos dejan, también entiendo de rescatar lo mejor y desechar lo no muy positivo, tratar de respetar y de ser mejor en este paso por la vida.

Está ese dicho que dice que “un hermano no es amigo pero un amigo es un hermano”.

San Luis es mi lugar en el mundo, es la tierra de mis abuelas, la tierra de mis padres, de mis hijos, de mis amistades. San Luis es lo más bonito que existe: sus paisajes, la tranquilidad que te cobija… Nos dio la posibilidad de estudiar, de conseguir un trabajo. Mi familia y yo somos de esta noble provincia por adopción. Hace 25 años lo decidimos y seguimos decidiendo vivir bajo este cielo. Gracias por eso.