Por Susana Laciar

Podría embellecer mi rostro,
podría embellecer mi cabello,
podría embellecer mi cuerpo,
y por qué no mis pies.
Mudar el sentido de mis pensamientos
y quizás el de mi corazón.
 
Pero mis manos arduas,
las que batallaron en el nido ausente
con el aire del sol escarcha,
retienen ya rugosas
el puente de los sueños
en el mundo del color.
 
Ellas no alucinan
la edad que albergo,
enjugaron mis lágrimas
dulces y saladas.
Cambiaron pañales
cuando tú, bebé, brillabas.
 
Y hoy ya lentas
de amasar esperanzas,
quieren felices sonreír,
en el ocaso de los escalones del estío.

(*) Susana Laciar, puntana de nacimiento, es una “Silenciosa Incurable”, del Taller Literario de la Profesora Viviana Bonfiglioli, desde hace tres años. Siempre se sintió atraída por la música y la escritura. Un día comenzó a darle forma escrita a su vida interior, a través de historias reales, poemas y cuentos que culminaron plasmados en “Canto a la Vida”,  ”Revistas” y “Antología de Ficción Puntana”.