Expresiones de la Aldea, La Aldea y el Mundo

VERTE DE NUEVO

Gabriela Pereyra

El dolor, como tantos otros sentires, a veces es universal, elude los idiomas y las culturas. Me detengo ante un video grabado previo a la pandemia del COVID-19. “La realidad virtual resucita seres queridos”. Allí una mujer tiene colocadas gafas de realidad virtual con auriculares y guantes. Los subtítulos están en algún idioma asiático que elijo no cambiar, pero luego sabré que es coreano.

El acontecimiento se traslada a un escenario que mezcla lo virtual con lo real. La mujer habla, como llamando, inmediatamente una niña virtual aparece y dice algo que suena como “¡Ma!”. La mujer al instante empieza a llorar y casi no deja de hacerlo en todo lo que dura la experiencia. Claramente esta “madre” se está reencontrando con su hijita fallecida, en un espacio creado y manipulado para que así sea vivido. Conversan y la madre llora, sus manos se estiran intentando el contacto con la niña. La niña le va diciendo cosas que la hacen reír y llorar. La invita a jugar, cantan el feliz cumpleaños frente a una torta también virtual donde la madre agrega una vela que entiendo es la que no pudo soplar con ella. La niña bebe también una sopa. En el video se intercalan imágenes de otros adultos y niños observando, ellos también secan sus lágrimas ante lo que está experimentando la mujer, intuyo que deben ser familiares. El encuentro termina cuando la niña se acuesta en la cama y le lee un mensaje, la madre se inclina a escucharla. Luego la niña apoya la cabeza en esa almohada virtual y es la madre quien necesita hablarle. La niña se va durmiendo y se convierte en mariposa. Suena de fondo algo parecido a una canción de cuna. Y la mariposa vuela y vuela, hasta desaparecer.

El dolor es universal y lloro. Mientras corre el video es inevitable preguntarme si quisiera algo así para mí, un encuentro con un ser querido que ya ha partido. Por un momento las ganas me traicionan y digo que sí. Luego lo racional se acerca y pienso que podría ser peor y hasta adictivo, un modo menos natural de transitar el duelo. Pero definitivamente es algo muy personal y de cada uno. El debate, inevitablemente, se abre ante planteos de este tipo.

La relación del humano con la muerte es ancestral y trascendental. Se vive desde la separación biológica pero también desde el significado sociológico que genera esa ausencia.

Ahora sí, al indagar en la parte informativa sabremos que Aju Business Daily son los responsables de esta experiencia surcoreana de reencuentro con un familiar fallecido, la producción necesitó ocho meses de preparación.

La perpetuación de vínculos con seres queridos que han fallecido encuentra complicidades en las tecnologías

En ese tiempo diseñó el parque virtual donde se iba a desarrollar la experiencia, y que replicaba el que la madre y la niña habían estado muchas veces en el mundo real.

También utilizaron a una niña que sirvió de modelo para replicar sus movimientos, gestos faciales y la voz. La madre de la niña, Jang Ji-sung, accedió a participar en el documental llamado «Meeting you» (Encontrándote), que había sido especialmente preparado para la ocasión. Ver el video con el anclaje de la traducción aumenta lo que moviliza.

Planifican una plataforma de internet que permita a cualquier persona subir imágenes grabadas de un ser querido fallecido e interactuar con ella mediante su versión virtual. La plataforma se encargaría de los detalles técnicos que aporten realismo a la experiencia. Los efectos secundarios no estudiados es algo que ya recibe sus críticas.

La perpetuación de vínculos con seres queridos que han fallecido encuentra complicidades en las tecnologías. La máxima de marketing de HereAfter resume la misión de la compañía: «Nunca pierdas a alguien que amas». HereAfter se basa en la plataforma, capturando el historial oral de una persona en una serie de entrevistas mientras todavía está vivo y luego lo convierte en un chatbot accesible a través de un teléfono inteligente. Tras el fallecimiento de la persona, amigos y familiares pueden hacer una pregunta al chatbot interactivo, que responde con la voz real del entrevistado.

Eternime es una compañía que recopila datos sobre la huella digital de una persona: palabras, fotos, videos, textos y contenidos capturados en línea y a través de las redes sociales. Un avatar está hecho de esta materia prima. El objetivo es crear un gemelo o clon digital. Tras la muerte, pequeños y grandes pueden interactuar con ese avatar.

También mantiene ocupados a estos “inmortalizadores” virtuales obtener consejos, cuando ya no estén, de personas cuyas mentes se evalúan como brillantes, es algo que logran tras haber mapeado su “árbol de decisión”. Imaginen haber logrado algo así con el joven Alan Turing.

Todas estas propuestas sacuden emociones y constructos existenciales. Como aceptar que alguien o uno puede morir y por otra parte arriesgarse a las sensaciones de ver una vez más a un ser amado y sobrevivir con lucidez a lo artificial.

Una madre consigue reunirse con su hija fallecida a través de la realidad virtual.