Por Alejandra Etcheverry

En el reflejo que guardan los espejos cuando nadie los mira hay un mundo que muchos intuyen y algunos temen.
Allí van las miradas sombrías y las lágrimas de los incomprendidos, pero también los suspiros de los enamorados y los sueños de los más pequeños.
Es un mundo del que algunos hablaron en sus cuentos, pero que tiene tantas puertas que es imposible describirlo todo.
Fue en ese mundo donde te vi por vez primera. Me guiñaste un ojo y te fuiste quién sabe dónde. Desde ese momento no paro de buscarte porque sé que existís y yo necesito conocerte.
He buscado por todos los lugares imaginables, pero no te encuentro. Con cada paso que doy mi necesidad de reunirnos aumenta, y siento dentro mío que es nuestro destino estar juntos. He preguntado a todos y nadie sabe decirme quién sos o donde estás.
Después de tanto buscarte solo me queda una cosa por hacer para por fin reunirnos.
Solo por vos estoy dispuesto a hacerlo.
Tendré que nacer y así poder encontrarte en el mundo fuera del espejo.