BITÁCORA DE PANDEMIA
Hojear sin juzgar el cuaderno de bitácora de viaje en esta pandemia en el que diferentes y distantes personas escriben reflexiones y sentires de esta historia
La Opinión/ La Voz del Sud
En esta ocasión pudimos espiar el cuaderno de Bitácora de una puntana, Cristina Soria que se encontraba trabajando en Brasil cuando llegó la pandemia en 2020 y decidió quedarse, hoy desde Fortaleza-Ceará escribe:
Las vueltas de la vida hicieron que elija pasar esta pandemia en Brasil, un país que parece otro planeta, que vive al revés del resto del mundo, ciertamente sabe llamar la atención, por su multiculturalidad, paisajes y diferencias políticas, que, desde hace un año, es una verdadera vergüenza mundial sobre la falta de medidas coherentes de sus gobernantes ante la Covid-19.
Quienes viven en “comunidad “, los humildes, son los más afectados, son los más solidarios, aun con desinformaciones, peleas entre mandatarios, han sabido organizarse para auto aislarse, ofrecer cestas básicas, desinfectar hogares y dictar cursos online.
Sin dudas es un país diferente, quienes somos extranjeros nos llama la atención, la actitud de muchos brasileños ante esta situación, que a todo se lo toman con humor, que a todas sus reflexiones la terminan con: “É Brasil”.
Es una buena oportunidad para muchos “gringos”, recorrer y conocer este país en sus diferentes estados, recapacitando sobre lo que sucede y sucederá con los casi 210 millones de habitantes, de los cuales cerca de 300 mil ya no están, es alarmante que ese número siga en aumento, por causa de la saturación del sistema de salud, falta de concientización y la naturalizada corrupción.
Aun así, es un país que sabe acoger y hacerte sentir como en casa, con mucho orgullo puedo decir que la pandemia nos regaló tiempo, para decidir hacer la residencia y proyectar una nueva vida aquí.
Es una gran experiencia, porque muchos nos reinventamos continuamente, nos desapegamos materialmente, aprendemos lo que significa ser libres, sobre cómo y dónde queremos continuar viviendo…
Desde Villa Mercedes el médico de guardia del Policlínico,Andrés Scolari, reseña en su bitácora:
Situaciones difíciles en la vida nos generan dilemas, contradicciones y conflictos que lejos de estar en el afuera se ubican en nuestro interior, despertando angustias y miedos que hasta pueden influir sobre nuestras acciones. La pandemia que nos toca transitar no es la excepción, enfrentó a nuestros más básicos instintos de supervivencia con los mandatos sociales que nos permiten vivir en comunidad: cuidarnos o no, cuidar a otros a costa de sacrificar libertades o no, vacunarnos o no.
Como si ya no fuera complejo el asunto, nos complicó aún más el haber estado bombardeados con información plagada de intereses más o menos espurios, más o menos genuinos. Un embrollo generado por la cotidiana costumbre de informarse fácil, superficial e incompletamente.
Entonces la definición del lugar que cada uno decidió ocupar en este desafío se dirimió en la batalla entre el ser interior que se piensa solo, se defiende de todo, se concibe individualmente y ese otro ser que se siente compasivo y solidario.
Esta pandemia nos ha exigido enfrentar la gran barrera cultural arraigada en los argentinos, esa que lleva a desconfiar uno del otro permanentemente, creer que “no debo hacer las cosas bien porque seguro el otro no lo hace”, “para qué voy a tirar el papel en el basurero si los otros no lo van a hacer”, “por qué no voy a buscar una ventaja si el que está detrás de mí si lo va a hacer sin importar que esté bien o mal”. Es decir, ese pensamiento de que los argentinos somos pícaros, ventajeros, vagos, ingeniosos para lo malo, etcéteras.
Esta falacia no nos permite avanzar cooperativamente, confiar en el otro y delegar nuestro futuro en el conjunto, pensando que, si yo pienso en el bienestar del otro y el otro del otro, y el otro del otro, así… sucesivamente y por carácter transitivo va a haber muchas personas pensando en mí bienestar.
A lo mejor sería bueno pensar si vamos a hacer frente a esta y otras amenazas que matan a nuestros hermanos pensando en un “yo “o en un “nosotros”, decidir si luchar solos o todos juntos…