El sol del 25 viene asomando…
La Columna de Iris
Escuchame, se viene todo el tema del 25 de Mayo. Muy lindo lo de las mazamorras, el que llevaba las velas, el del farol, “las doce han dado y sereno”, el aguatero, y los pastelitos y Mariquita Sánchez de Thompson, la jabonería de Vieytes, y todo lo que se te ocurra. French y Berutti, las cintitas celestes y blancas, los paraguas y todo lo demás. Pero no puede ser que no sepas quiénes integraron el primer gobierno patrio, o sea la Primera Junta.
Y ahí voy: Cornelio Saavedra (teniente coronel, jefe de Patricios), Juan José Paso -muchos lo escriben Passo-(abogado), Juan José Castelli (abogado), Manuel Belgrano (abogado), Mariano Moreno (abogado), Juan Larrea (comerciante), Miguel de Azcuénaga (teniente coronel sin mando de tropa), Manuel Alberti (cura de San Nicolás), Domingo Matheu (comerciante).
Te voy a transcribir de la pluma y el saber insuperables de José María Rosa, del Tomo II de su “Historia Argentina”, cómo empiezan a llegar las noticias que caldean el clima hasta el Cabildo Abierto del 22 de mayo.
“…El 14 de mayo llegó a Buenos Aires el lugre de guerra inglés Misletoe con periódicos londinenses con alcance al 24 de febrero: por ellos se supo que los franceses habían entrado en Sevilla, que los diputados de la Junta Central habían sido corridos por haber querido capitular con Napoleón, que su presidente, el arzobispo de Laodicea, casi fue muerto en Jerez por el populacho, y que solamente algunos pocos fugitivos llegaron a Isla de León, junto a Cádiz, protegiéndose en los buques ingleses surtos en su puerto.
No era la primera versión llegada al Plata de la caída de Sevilla (ya se sabía desde el 8 de abril por un mercante inglés), pero ahora se confirmaba sin caber ninguna duda. En el lugre venía un mensajero de Strangford, el capitán Manuel Francisco de Miranda, con cartas para los jóvenes alumbrados. El Misletoe venía, aparentemente, a reforzar la estación británica y evacuar a los comerciantes ingleses que debían salir de Buenos Aires antes del 19 de mayo…”.
Te cuento que, por supuesto, el Virrey intentó ocultar y tergiversar todo. Ya entonces la información llegaba distorsionada. Ahora te cuento, según José María Rosa quién era cada uno y medio por qué llegó a la Junta (siempre, de todo, hay cuarenta versiones): “…Belgrano, Castelli y Passo representaban el “club” de lo de Rodríguez Peña, los “carlotistas” de 1809; Larrea y Matheu a los amigos de Álzaga que formaron en el partido sarraceno; Azcuénaga y Alberti estaban por su prestigio en la sociedad o en la sacristías; Saavedra por el pueblo y las milicias que hacían la revolución; Moreno era una prenda de seguridad para los comerciantes ingleses”.
Mirá, a mí la historia tipo chusmerío me encanta. En esa línea te paso unos párrafos del mismo José María Rosa. Van a decir que son tendenciosos, y que otros opinan otra cosa. Es cierto. Yo te paso estas, y que otros te pasen otras.
“…Al empezar la semana de Mayo, Saavedra tenía tras suyo las dos grandes fuerzas de la revolución, el pueblo y el ejército, que en definitiva hacían por el origen popular de la milicia. No supo comprenderlo. Heredero del prestigio de Liniers, como éste no atinaría a madurarlo en auténtica jefatura. Se quedó con la apariencia del poder, porque le faltaron imaginación para conducirse y conciencia de su lugar y de su hora.
El 19 desoye el pedido de ponerse al frente de los patricios y seguido por el pueblo, recorrer en triunfo el corto trayecto del cuartel de Temporalidades a la Fortaleza desguarnecida; llegado a la ciudad el 20, retardado y desorientado, se deja envolver en el arbitrio leguleyo del cabildo abierto donde casi naufraga la revolución.
Salva su voto de “ser el pueblo quien realmente confería el gobierno”; pero no sería el pueblo, sino la clase principal, y por ella el síndico Julián de Leiva quien lo haría. Acepta integrar la Junta que apuntalaría al virrey, sin darse cuenta que la voluntad de los suyos era otra…Pese a todo Saavedra fue considerado jefe único de la Revolución…”
Por supuesto que todo continúa…y alguna vez te seguiré contando, lo que ya sabemos, pero siempre vale la pena recordar…