BITÁCORA DE PANDEMIA
Hojear sin juzgar el cuaderno de bitácora de viaje en esta pandemia en el que diferentes y distantes personas escriben reflexiones y sentires de esta historia
La Opinión/ La Voz del Sud
Hoy espiamos en el cuaderno de viaje de Annabel Recalde que reflexiona desde Resistencia, Provincia de Chaco:
El amor en épocas de pandemia, qué admirable sentimiento, jamás nunca nada ni nadie, pudo contra él.
Ante una ola de obscuridad, temor, crueldad y demás, se ha multiplicado por mil para sanar, iluminar, elevar y ganar.
Cuántos somos los beneficiados de poder reconocerlo, solo que lo guardamos como un merecido acto natural.
Desde los primeros escritos, porque bien sabemos que nada es nuevo bajo el sol, que las máximas del hombre siempre van a coincidir con las de Dios, sólo nos resta hacer bien la tarea, mi prójimo el que está al lado al que en silencio puedo ayudar o puede ayudarme…
Así se ha manifestado este fenómeno, activando todo lo bueno que proviene del hombre, solo que lo ha hecho mucho en silencio.
¿Y las malas noticias?
¿Y las realidades adversas?
Ellas ganaron las noticias, pero fueron las que nos despertaron.
¿Tiene covid?, ¿qué necesita?
También una dura crítica fue por… Hasta que nos vuelve en sí porque nadie está exento…
El amor sobrevive a todo porque es eterno y aunque todo pueda parecer una utopía los milagros existen.
Empatía con nosotros mismos como sobrevivientes de la actual pandemia, pero sobre todo altruistas cuando alguien los necesita.
Y un día recuerdo la mejor conversación, la que hice con Dios que me mostró que vive en cada hermano mío.
Nos asomamos ahora a la catarsis de Lili Dutto, quien pertenece al elenco estable del Teatro T.I.M de Villa Mercedes:
Esta Pandemia nos sorprendió a todos por igual, no creo en que alguien en el mundo se esperara semejante acontecimiento, inesperado y sorpresivo, tanto que irrumpió en nuestras vidas y todo se descolocó, nos puso a prueba, como personas, en lo individual y en lo colectivo, cosa que todavía cuesta asimilar.
Tuvimos miedo, por supuesto, quién no lo tuvo, también hubo mucho desconcierto, mucha impotencia al entender que se trataba de un virus nuevo y que no había tratamiento alguno para combatirlo, sentimos enojo, algunos por no poder salir, otros, como yo, de ver tanta imprudencia, tantos irresponsables que nos ponen a todos constantemente en peligro, y si, también sentimos aturdimiento.
Nos sentimos amenazados, inmovilizados, perdimos la libertad de salir, de interactuar con el otro, improvisamos para desafiar esta realidad. Hubo momentos en el que todos hablábamos como expertos en epidemiologia. Eso es lo que somos como sociedad.
Nos abastecimos de barbijos, de alcohol en gel y de todo producto sanitizante que nos protegiera del virus. Creo que tenemos que aprender a enfrentar la incertidumbre, agudizar los sentidos y no perder el respeto a este virus que todavía sigue siendo muy peligroso.