PESADILLAS
Por Jorge Sallenave (*)
…Ensueño angustioso y tenaz… pesado… duro, áspero e insufrible, fuerte, violento o dañoso. (Diccionario del Real Academia Española)
Ese hombre de 35 años
Su nombre: Néstor Ruiz.
Aspecto: Físico privilegiado por la continua gimnasia que hacía y los deportes que había practicado. El cabello, abundante y canoso.
Vida familiar: Soltero. Aún vivía en la casa que perteneciera a sus padres, a quienes había heredado.
Trabajo: Empleado en una oficina pública.
Carácter: Excelente. Hacía con facilidad amigos y trataba a los administrados que concurrían a la oficina para resolver sus problemas, de igual forma.
Pesadillas: Difíciles, que a su criterio lo tomaban mientras dormía. Sin límites, por más que Néstor conocía a sus amigos. Pesadilla que se modificaba tan atrozmente como la anterior o peor.
Los amigos de Néstor Ruiz pertenecían a la oficina donde estaban empleados y solía salir a cenar con ellos. No bien se recostaba, los amigos se volvían traicioneros, lo herían o maltrataban. Se despertaba, pero al volver al sueño, las pesadillas se repetían y a la mañana siguiente simulaba un excelente trato por más que en su interior sospechaba de ellos.
Sobre las parejas: Néstor sentía amor por las compañeras, en especial, por la hija de un alto funcionario.
¿Qué lo llevaba a alejarse tanto de la joven, como del resto de las mujeres?
Las pesadillas, las benditas pesadillas…
(*) La Opinión y La Voz del Sud tienen el honor de presentar estos cuentos inéditos de Sallenave. Escritor consagrado que es pluma y esencia de las letras puntanas. La pandemia no pudo con su inspiración, todo lo contrario. Publicarlo es siempre una celebración.