Por Estela Harta (*)

Un Amor casi extinto tironeaba mis suspiros. ¿Por qué no te morís?, pregunté.
Así, no estás ni muerto ni vivo. Y lo mismo yo.
¡Soltame!¡Soltate! Dejá de zamarrearme con ese recuerdo…
A presión presionada presionante no se reviven los amores, y menos este.
Ahí voy, ahí viene…el último suspiro por nosotros. Te despido.

(*) Soy también Gabriela Pereyra. Escribo para salvarme, para reír, para no dejar de imaginar. Escribo porque me crecen alas. Comencé a los 7 años como refugio ante las ausencias, y luego, simplemente seguí, consciente y sintiente: la escritura me habitará hasta el fin de mis días. Desde agosto del 2021 celebro ser una silenciosa incurable más.