Expresiones de la Aldea, Tertulias de la Aldea

Los Colorados

Por José Villegas

Ya había pasado la batalla de Pavón, y Mitre gobernaba los destinos de la Patria desde hacía más de cuatro años. Se había avanzado contra la montonera, degollado al Chacho Peñaloza, derrocado a los blancos de Berro en el Uruguay, y hacía más de un año se había lanzado la guerra de la Triple Infamia contra el Paraguay. La ciudad-puerto, poseedora de la renta de la aduana, se erguía triunfante sobre montones de muertos y torturados (en el Interior se calculan entre 5 mil y 60 mil los asesinados). Se avanzaba a sangre y fuego sobre las provincias y los sectores populares para tender las bases de la Argentina semi-colonial.

La oligarquía porteña pretendía ser un apéndice de la economía británica. Ésta, pensaba que solo le quedaba el “escollo” del modelo del Paraguay próspero de los López, con su primera línea telegráfica, el primer ferrocarril, la explotación y fundición de hierro, las estancias de la Patria, los astilleros, la marina mercante pujante, y su deuda externa igual a 0 (cero).

Suponían que este plan iba a ser ejecutado con cierta facilidad, Mitre había dicho que en tres meses estaría en Asunción. Evidentemente se equivocaba, la resistencia no solo del pueblo paraguayo, sino de los sectores populares del interior argentino a la guerra, hará que ésta se extienda por cinco años y que sea “necesario” para vencer el exterminio de las tres cuartas partes de la población paraguaya, lo que significa casi 1 millón de muertos.

La Revolución de los Colorados estallará el 9 de noviembre de 1866 en Cuyo. El día anterior se encuentran en Mendoza 280 “voluntarios” al mando de Manuel Arias para ir a combatir al Paraguay que había juntado el Gobernador Melitón Arroyo, pero en la madrugada (a las 2.30 de la mañana del 9/11), éstos se sublevan.

El gobernador huye. Los sublevados liberan a Carlos Juan Rodríguez y a Emilio Castro Boedo. Al otro día es elegido como gobernador el primero. Éste será el Jefe Político del levantamiento, y Juan de Dios Videla, el jefe militar. C.J. Rodríguez escribe junto a Juan Saá en esos días a Urquiza: “el pueblo de Mendoza, Exmo. Señor, comprendió de un modo maravilloso, que en ese movimiento se jugaban una vez más, no solo sus derechos provinciales sino también los derechos todos de la República y plegándose a la idea del movimiento, espontáneo (…) ayudó a la revolución con todo lo que era posible ayudarla, poniéndose en armas”.

Los colorados usan como distintivo el cintillo punzó. Los revolucionarios de San Luis emiten una proclama que dice: hoy la oscura revolución de presos del 9 de noviembre (…) tiene elementos poderosos e indestructibles que serán bastantes para anonadar el poder oprobioso que nos viene dominando desde la espantosa carnicería de Cañada de Gómez (…) ha de ser para la República Argentina, el bálsamo que cicatrice las heridas hechas en el corazón de la Patria”.

En febrero del ’67 están con la revolución Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca, con la posibilidad que se sumen Córdoba y Corrientes. En Buenos Aires están con los revolucionarios Andrade, Oroño, Guido y Spano, Navarro Viola, José Hernández entre otros. En abril del ’67 se producen dos duras derrotas para la montonera, el 1º la de Paso de San Ignacio (San Luis) donde es vencido Juan Saá por las tropas de Arredondo, José María Rosa sostiene al respecto que “la derrota deshizo totalmente a los colorados cuyanos.” La otra derrota es el día 10 la de Pozo de Vargas  (La Rioja). Juan de Dios Videla pierde Cuyo, y el 14 del mismo mes entra Paunero en Mendoza. Los colorados se exilian en Chile. La prolongación de la revolución de los colorados llegaba a su fin, pero dejaba grabada en la memoria popular una gesta libertaria de unificación de la Patria Grande, y liberación nacional. El pueblo cantará: “Dicen que Varela viene/levantando polvareda,/y don Juan viene detrás/como flor de primavera./Dicen que don Juan se viene/con toda la chilenada./Empezaron los salvajes/a ganarse en la Rinconada”  y recordará a través de los años la divisa “¡Abajo los negreros traidores a la Patria”, ¡¡Viva la Unión Sudamericana!!

Foto tomada del retrato del General Don Juan Saá alias “Lanza Seca”, Gobernador de la Provincia de San Luis, desde el 5 de marzo
de 1860 hasta diciembre del mismo año. Foto: José La Vía.