Nunca es noche para mí si las selvas son níveas. Mis selvas son blancas, silenciosas de aves y de víboras.
No hay tigres en mis selvas.
Por ellas cabalgo a trote corto sobre un ala perdida a la que le nacen cada día más plumas, siempre blancas.
De tanto trotar, mis tobillos tienen brotes que se apagan si canto.
Si no canto no me duermo.
Duermo poco, casi nada, casi nunca.
“Paisaje de Invierno”, del artista ucraniano Vladimir Lutsevich (2020).
(*) Soy algo amarga de achicorias y pomelos, algo dulce de mandarinas, membrillos, damascos y batatas, algo salada de tanto tragar lágrimas. Algo escéptica. Ando entre malabarismos de holas y adioses. Me refugio de las confusiones y de las ilusiones escribiendo. Silenciosa. Incurable.
Hermoso texto, Ana Maria !
Gracias, Ana Claudia! Besitos!