Patricia Alejandra Arzagot-03-04-2022
Soy Patricia Alejandra Arzagot, nací el 12 de octubre de 1963, en José C. Paz, Buenos Aires. Tuve una infancia digamos normal, mi padre era pintor de autos en un lindo barrio poco poblado. Fui a la primaria en José C. Paz y la secundaria en San Miguel. Era bastante aplicada en la escuela, aunque algo traviesa, como la más chica de tres hermanos. Una infancia donde se jugaba afuera, también andaba en bicicleta. Siempre fui muy habilidosa con las manos, me gustaba dibujar y pintar.
Los recuerdos más lindos se mezclan con imágenes, olores y sabores de mi mamá haciendo tortas fritas los días de lluvia, son fragmentos de la infancia que siempre vuelven. Comencé a dedicarme a las artesanías de grande, cuando mi hija nació trabajaba muchas horas, estaba en relación de dependencia. Comencé con la porcelana fría, cuando no se compraba había que fabricarla… Mirando utilísima, lo utilicé como guía, he tomado alguna clase con una profesora importante con quien terminé haciéndome amiga.
Mi hija tiene veintiocho años y llevo el mismo tiempo trabajando con mis manos, viviendo de ello y bien. Tengo trabajo y me encanta lo que hago, nada más lindo que vivir de lo que a uno le gusta. Llegué a San Luis por un tema amoroso, hace diez años que enviudé, mis hijos eran chicos y me dediqué a ellos.
Ahora de grande me reencontré con una persona, un compañero de primaria, ya llevamos un año juntos, él hace dieciocho años que vive acá, tiene dos hijas y su trabajo, por intermedio de una amiga en común nos encontramos, sin querer y sin pensarlo, son esos caminos que tiene la vida donde nunca hay que decir nunca, hay que dejar que fluya. No conocía la provincia y me enamoré no solo de su paisaje, sino de la gente que es divina.
Algunos se ríen porque yo digo que voy a pedir la nacionalidad puntana, creo que ya me han adoptado, he decidido quedarme porque aquí se le da mucha importancia a la cultura. Aprecian lo que hago, lo puedo mostrar y espero poder enseñar y dar clases de lo que sé hacer. En Cultura de la Provincia encontré un lugar importante para mí, veo gratamente que les dan mucha bolilla a todos los artesanos y eso me encanta.
Yo comencé haciendo suvenires y adornos de torta y era lo que hacía hasta que llegué a la provincia. Sentirme muy bien aquí hizo que comenzara a fusionar la porcelana fría y el tejido, por ejemplo. Comencé a fabricar muñecos más grandes, también hago reciclado con botellas, los detalles son de porcelana, esas ideas surgieron acá realmente. He tenido muy buena respuesta por parte de la gente porque gusta lo que hago.
Soy medio neófita para las redes, no me da el tiempo para subir fotos y escribir o hacer promociones. Me gusta más el trato con la gente y en Mada me dieron un lugar importantísimo, además de acompañarnos, pude participar de las ferias con pandemia incluida, realmente me gustó mucho y conocí gente muy linda. Las ferias son divinas y hay muy buenos artesanos, gente muy solidaria, de apreciar el trabajo del otro, de una calidad excelente, comenzando con Martín, siguiendo con Cristian, nunca pensé que me iba a gustar tanto ser feriante.
Busco mi materia prima en Buenos Aires, reciclo, compro aunque no tengo mucho espacio. Otros materiales como hilos y lanas los compro, además de una inversión para mí es como ir a un shopping, comprar en una lanera o una artística. Actualmente trabajo según las fechas, por ejemplo, para el día del enamorado hice muchas cosas pequeñas para regalar a otra persona, números decorados con personajes y animales, botellas con personajes, imágenes religiosas, muñecas japonesas, animales de granja, de la selva, jugadores de fútbol; producción hay siempre aunque no tenga pedidos y trato de adelantar fechas, por ejemplo conejos para las pascuas.
Mi sueño es tener un taller y poder dar clases, me encanta el contacto con la gente. Creo que el que tenga un don aunque sea pequeño tiene que compartirlo con los demás. Tengo muchos momentos gratos para rescatar, uno en mi vida personal, es haberme encontrado con la persona que estoy y que ocupa la mayor parte de mi vida, junto a mis hijos por supuesto, que sería como “la anécdota”, en este momento. A nivel trabajo las ferias de Plaza Independencia, las ferias navideñas fueron realmente maravillosas. La respuesta y lo que me transmitió la gente sobre mis trabajos fue y es una vitamina para el alma, es hermoso.
Mi hija trabaja en una farmacia y a mi hijo le hubiese gustado dedicarse al fútbol, trabaja en una empresa de cable, lo hace desde la casa con su computadora, ellos viven en Buenos Aires. Siempre les dije que tienen que vivir de lo que les gusta hacer, un poco soy el ejemplo. Siempre dije que la única forma de vivir sin trabajar, es trabajar de lo que a uno le gusta, porque no pesa, no cuesta y porque se disfruta, y un poco hacen eso y también es lo que yo hago. Quiero agradecer a la gente de la provincia, me siento como en casa, y mejor también. Me siento contenida y apreciada, para mi es lo más importante.
Mi amiga Patricia me enseño todo lo que se d manualidades una gran persona , estoy feliz que haya encontrado su lugar en el mundo, una luchadora d la vida.