Los silenciosos dicen
Reynaldo Cedeño Serrano (*)
Y nos fuimos dando los días los llenamos de horas blancas construimos un templo en medio de las nubes dibujamos altares El Nocturno espanto fuerza y pesadilla. Él, sus manos nos sostenían. me acostumbré a dormir Nunca preguntó. La confesión llegó unas cuantas veces hasta los labios; en la lengua retrocedió. La ofrenda de sus besos lengua nubosa empujaba las palabras al regreso. Se ahogaban en saliva. II La confesión llegó supimos de mis añejos miedos nuestra danza siguió inmutable algunas veces nos miramos otras él miraba el abismo yo al cielo, el otro abismo. Y nos fuimos dando los días en la más vidriosa soledad hasta que nos unió el río que no teme ser mar.
(*) Reynaldo Cedeño Serrano. Maestro, lector, persigo palabras para que la memoria permanezca. Errante de mí mismo. A veces, poeta.
Un texto tremendo ! Tanta belleza como dolor
Gracias, Rey!