Expresiones de la Aldea

Extraña Niñez

Silvia Marina Reta (*)

Mis padres, tíos, abuelos
no leían cuentos.
El contacto, el afecto,
se daba los domingos.
Los domingos también
eran del fuentón,
y del agua caliente
y de mi pelo largo.
 
Que dolía.
Como el cuerpo lavado
con trapo y jabón,
como una olla grasosa,
con restos del guiso
de la noche anterior.
 
Todo restregado,
todo colorado.
“Momento para nosotros”, por Hanna Mac Naughtan.

(*) Gracias, a la persona responsable que dirige “Silenciosos Incurables”. En cada clase, una consigna pensada, detallada que nos va abriendo mundos donde podemos recrear, inmortalizar e improvisar escenarios que jamás pisamos. Escribir en un papel, o en un celular nos puede llevar de viaje tan lejos, como queramos. Reta Silvia Marina, Ciudad Autónoma de Buenos Aires