Extraña Niñez
Silvia Marina Reta (*)
Mis padres, tíos, abuelos no leían cuentos. El contacto, el afecto, se daba los domingos. Los domingos también eran del fuentón, y del agua caliente y de mi pelo largo. Que dolía. Como el cuerpo lavado con trapo y jabón, como una olla grasosa, con restos del guiso de la noche anterior. Todo restregado, todo colorado.
(*) Gracias, a la persona responsable que dirige “Silenciosos Incurables”. En cada clase, una consigna pensada, detallada que nos va abriendo mundos donde podemos recrear, inmortalizar e improvisar escenarios que jamás pisamos. Escribir en un papel, o en un celular nos puede llevar de viaje tan lejos, como queramos. Reta Silvia Marina, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Belllisimo!Felicitaciones!
Que bella sintesis de una propia realidad o fantasia, y sin embargo los domingos aquellos generaciones enteras los evocan, gracias Silvia Marina!!