Expresiones de la Aldea, San Luis, Tertulias de la Aldea

La Escuela Normal de Varones de San Luis y la formación de maestros

Por Tomás Arguello (*)

El sistema educativo argentino está asociado en su origen con la conformación del Estado Nacional a fines del siglo XIX. En ese marco se estableció como funcionalidad específica la instrucción de una ciudadanía nacional, para lo cual se necesitaba contar con maestros formados específicamente con las orientaciones pedagógicas para tal fin. La creación del Consejo Federal de Educación en 1881 y la sanción de la Ley 1.420 en 1884, son los primeros pasos hacia la institucionalización de un sistema público centralizado.

La Escuela Normal de Varones de San Luis, y los maestros que allí se formaban a fines del siglo XIX, debe su aparición, reglamentación y organización a la política educativa adoptada por el reciente Estado Nacional en pos de configurar una Nación y una ciudadanía que se adaptara al rumbo que pretendían los sectores dominantes.

El modelo dominante fue Normalismo, corriente pedagógica con mucha influencia del positivismo, que realizaba un parangón entre el discurso médico y el discurso escolar, pero con una gran complejidad.

Así se introducían en el lenguaje escolar caracterizaciones médicas que situaban a los alumnos como susceptibles de enfermar física, moral, mental y espiritualmente. Bajo esta lógica, se observaba para el mejor control de la conducta social, la aplicación de una ecuación -adaptado ≠ delincuente- a toda la vida escolar y del cual derivó las equivalencias indisciplina= delincuencia= enfermedad; buena conducta=capacidad de adaptación=salud.

En muchos documentos de la Escuela Normal de San Luis se pueden observar estas características, como en el cuaderno copiador de notas y el libro de circulares de 1895. Durante ese año la Escuela atravesaba un período crítico ya que en la Revolución de 1893 varios profesores y alumnos de la institución habían participado de los agitados acontecimientos políticos de la provincia.

Teófilo Saá, Director de la Escuela Normal, había encabezado esa revolución radical y ocupado el gobierno provisorio de San Luis durante un mes. Tras la intervención federal de San Luis la revolución fue aplacada, pero en la Escuela Normal la situación siguió candente.

En 1894 la Escuela había sido clausurada dos veces por la participación de los alumnos y varios docentes en los acontecimientos sediciosos de la Unión Cívica. Todas las autoridades que figuraban en 1895 habían sido nombradas por decreto por la intervención del Ministerio de Educación de la Nación. Su objetivo principal era poner fin a la constante situación irregular que se vivía en la institución.

Desde las notas con comunicaciones más ordinarias hasta las específicamente direccionadas en tal sentido, ponen en evidencia esa búsqueda de control: se vigilaban desde las posturas corporales de los docentes, la hora de entrada y salida, definida en minutos, qué deben hacer en ese tiempo, a cómo debía ser el comportamiento de los docentes y alumnos. Se pretendía en sus especificaciones generales que la formación de los futuros maestros normales, estuviera más orientada al requerimiento de enseñar más desde el ejemplo moral- disciplinar que en la instrucción de un saber enciclopédico.

En el Cuaderno de circulares institucionales se pueden hallar evidencia de esta tendencia. Cabe remarcar que las circulares están firmadas por las autoridades de la Escuela como remitentes: Director Martin V. Lascano, Vice Director Sebastián Samper, luego reemplazado por R. Lucero, y en menor medida por el Secretario, Miguel A. Guiñazú.

Así se puede leer en circulares que hacen referencias a cuestiones de funcionamiento diario:

“A los señores profesores de los cursos” [invitándolos para la inauguración de las conferencias pedagógicas de los profesores de la Escuela de Aplicación] “esperando se sirva asistir con puntualidad, le saludo atte” (Circular N° 4 del 26 abril de 1895, pág. 42).

O el caso de la Circular N° 7 del 6 mayo en donde a los docentes se los cita para sacarse una foto se le pide “al propio tiempo la más puntual asistencia” (pág. 47).

Teófilo Saá (1860 – 1900) fue un político y abogado argentino y Director de la Escuela Normal de Varones. Ocupó el cargo de Gobernador de San Luis entre 28 de julio de 1893 y el 7 de enero de 1894, cuyo mandato fue interrumpido por una intervención federal.

O cuando se les solicita por medio de la Circular N° 13, junio 7, pág. 52: “A los Señores profesores de los Cursos. Debiendo realizarse los exámenes semestrales el día 1 de Julio// deben presentar los programas el 15 del corriente”.

Otro aspecto de la misma tendencia fueron las circulares que refieren a un disciplinamiento directo que expresan la presencia de un control disciplinar y normativo. Éstas contenían órdenes directas del Estado o de la Escuela para con los docentes en torno a la disciplina de éstos y de los alumnos- maestros y el tipo de comportamiento que deben tener por su calidad de maestros normales:

“A los Srs. Profesores del Curso Normal y Escuela de Aplicación.

Habiendo notado el abuso que se comete por algunos Sres. profesores del medio correctivo de despedir a sus alumnos durante la hora de clase, por faltas cometidas por éstos y siendo esta práctica contraria a todo principio pedagógico, tanto por el daño moral que ello produce en el damnificado por la exhibición que se hace del castigo como por el perjuicio que sufre perdiendo la explicación del profesor

La Dirección Resuelve:

1– Hágase saber “…a los profesores que se vería con agrado que abandonasen el castigo mencionado que tanto afecta moralmente al profesor como al alumno.

2- Recuérdese…que la dirección los banca en su autoridad y que toda queja presentada en forma recibirá su preferente atención.

3- Notifíquese esta resolución por medio de este libro a los docentes y a la regencia por nota separada” (Circular N° 14, 10 junio, pág. 53).

Incluso estos señalamientos se encontraban cuando se aplicaban sanciones graves por faltas en la conducta de los alumnos-maestros. Por ejemplo, al expulsar a un alumno se pueden leer definiciones disciplinarias y moralizantes:

“…a objeto de que colaboren á los esfuerzos con que la Dirección trata de dignificar la Escuela y prevenir así que los alumnos maestros incurran en faltas punibles y estimularlos á que eduquen sus facultades en los consejos del saber y al calor de las virtudes, que lo preparan para servir al progreso de la patria como maestros modelos” (Circular N° 49, 3 de octubre, pág. 98).

Estas tendencias al control del personal también se observaban en las prácticas docentes en la Escuela de Aplicación, en este caso realizada tanto al alumno practicante como a la Directora:

“Al señor Regente de la Escuela de Aplicación.

Habiéndose apersonado hoy el que suscribe de grado suplementario, ha notado las siguientes irregularidades

La Directora desatendía la práctica que hacía un alumno maestro leyendo.

Ni la Directora del grado ni el practicante cumplieron su deber de hacer saludar la presencia del Director por sus alumnos.

En vista de estas irregularidades que implican:

Una falta al cumplimiento al deber que tiene la Directora de observar la práctica de alumnos maestros, para poder corregirle oportunamente los vicios de que adolezca en el desempeño de su cargo.

Una falta de respeto hacia la primera autoridad de la Escuela. (Circular N° 8, 7 de mayo, pág. 47)

Estas recomendaciones, que instituyen conductas claramente normativas y disciplinarias, también alcanzaban el cuidado del cuerpo y la instrucción, como puede verse en una circular destinada al desempeño de los docentes que debían dar el ejemplo al dictar sus clases:

“La dirección ha notado que algunos profesores de grado abusan en dar sus clases sentados y especialmente le llama su atención al S. Regente del hecho aberrado de que hay profesoras que no se toman la molestia de oír al superior de que delante de sus alumnos, aun cuando esto no fuera más que por demostrar que están al nivel de la mas [cueta] urbanidad habiéndose indicado tales prácticas antipedagógicas…..y viendo que no se consiguen los defectos enunciados tengo el pesar de reiterarle la recomendación” (Circular N° 52, 4 de octubre, pág. 102).

Por otra parte, en el Cuaderno de Notas se reiteran constantemente requisitorias en cuanto a la disciplina y acatamiento de normas institucionales: la preocupación sobre disposiciones edilicias para que esté en condiciones para el inicio de las clases y para el uso del personal, o la frecuente relación con instituciones militares. De este modo se expresa la consonancia en determinados dispositivos de control y verticalidad en el funcionamiento institucional: la jerarquía, la disciplina, las sanciones, el acatamiento de órdenes, el exaltar del patriotismo, la moralidad y la ejemplaridad como ciudadanos.

(*) Artículo gentileza de Historiadores de San Luis: https://www.facebook.com/Historiadores-de-San-Luis-101157691597551

Escuela Normal de Varones de San Luis