David Daniel Becerra, 28-08-2022
Soy David Daniel Becerra, nací el 16 de octubre de 1978 en Saladillo, me vine a estudiar a San Luis donde terminé el secundario en la escuela Antártida Argentina. Éramos siete hermanos, nos llevamos poca diferencia de edad, nos la pasábamos jugando con los chicos del barrio, si tengo que volver a mi infancia lo haría, porque me han quedado lindos recuerdos. Cada quince días acompañábamos a mi abuelo en el campo, más precisamente en Río V.
El campo de mi abuela era un lugar donde se reunía mucha gente, ella tenía seis hijos y nietos, pero quienes íbamos a cuidarla y acompañarla éramos los nietos por parte de mi papá. Ella tenía una chacra con cabras, ovejas, caballos para el uso del campo, allí se sembraba y cosechaba lo que se consumía. En el fondo había una higuera donde siempre nos perdíamos a la siesta a buscar higo y nueces, en tiempo de verano había mucho piquillín que juntábamos para llevar a Saladillo, también veíamos como se hacía el quesillo, que después mi abuela vendía en un almacén, que era muy rico y muy pedido por los clientes.
Lo que más extraño de mi infancia es juntarme con la familia porque somos muy unidos, los juegos con los amigos de entonces, los lugares del pueblo. No teníamos que preocuparnos de nada, podíamos ir por debajo del puente, por el arroyo, los campos de los vecinos, jugar casi todo el día e ir a almorzar o a merendar. Junto a mi hermana, que es cinco años menor que yo, hacíamos pastelitos para vender y pagar nuestros estudios, ya que nos alcanzaba para lo básico.
Puedo decir con mucho orgullo que fui un niño de pueblo, que vendía pasteles y que pude llegar a lo que soy hoy. Hice un terciario, que es Técnico Bancario en Comercio Exterior, sobre Avenida Lafinur, luego estudié dos años de abogacía y tuve que dejar porque se enfermó mi papá y había que ayudar. No finalicé la carrera, le agarré más gusto al dinero que al estudio, hice cursos de computación, neurolingüística, inglés. Empecé como coordinador en el Plan de Inclusión en el año 2003, en 2006 ingresé como secretario de la diputada Elba Novillo, del Departamento Pringles, hasta 2013, cuando finalizó su mandato.
Conseguí otro trabajo, empleado de venta de la droguería “La libertad”, luego al mes pasé a ser gerente de ventas, y al año fuimos socios del dueño y pusimos dos farmacias en Villa Mercedes. Nunca me alejé de la política porque es lo que me apasiona, recuerdo que tenía tres años cuando acompañaba a mis padrinos en su auto, ellos fueron intendentes de la localidad. Siempre milité, fui candidato en las internas y luego en la general, donde me faltaron setenta votos. Posteriormente me llamaron para la candidatura que acepté y que hoy me permite estar al frente de la intendencia en nuestra localidad.
Estamos creciendo un montón, cada vez más obras, como la inaugurada recientemente por el gobernador, que nos une con Juan Llerena, dos pueblos muy antiguos de la provincia, lo que nos permite trabajar en conjunto, para el turismo rural, el comercio, la producción de la región, el contacto más cercano con Mercedes y La Toma. Vamos tras el sueño de la casa para los vecinos, ya firmamos la realización de diez viviendas por parte del gobierno de la provincia.
Estamos en una ubicación estratégica, cercanos a los diques Saladillo y Paso de las Carretas, apuntamos a la economía local, invitamos a quienes quieran venir a invertir en comercios o puestos de comida, para atraer el turismo. Tenemos un parque recreativo con pinturas rupestres, un paseo que comunica el Parque Recreativo con el de las Américas donde está el anfiteatro de la Carabela, allí se hace nuestro Festival de la Guitarra.
Nos rodea una zona productiva ganadera, a sus dueños les pedimos que cuidemos la ruta. Un sueño a cumplir sería lograr que quienes se han ido de la localidad, vuelvan. Desde que hemos asumido, no ha emigrado la gente de la localidad, se han quedado y apostado por el futuro.
Quiero seguir apoyando este proyecto político desde donde me toque y trabajar por nuestra gente. Mi familia está compuesta por mi mamá, “Pichona”, que se llama Eva Ramona González. Somos ocho hermanos por parte de mi papá, uno ha fallecido. Tengo dos hermanos más por parte de madre, mi papa falleció en 2002 y le decíamos Beto, su nombre era Roberto Becerra. Somos una familia numerosa, cuando nos juntamos somos cerca de sesenta. Mi objetivo permanente es trabajar con cada uno de los vecinos en conjunto y hermanados para llegar a ser una gran comunidad.