La Aldea y el Mundo, Notas Centrales

Amazing Grace

Por Eliana Cabrera

El 9 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Informática en honor a Grace Murray Hopper, una pionera y gran influyente en las áreas de programación y ciencias de la computación. Nació en Nueva York, Estados Unidos, en 1906 y murió en Virginia en 1992. Dedicó su vida a sus dos pasiones: la carrera militar en la Marina de los Estados Unidos, y las matemáticas especializadas en informática, destacaba en ambos espacios.

Grace se convirtió en la primera programadora en utilizar el Mark I, el primer computador digital secuenciado a gran escala del mundo, que inicialmente sirvió para calcular los ángulos de puntería de las armas navales en diferentes condiciones climáticas y cuyo sistema Hopper solía supervisar las veinticuatro horas del día.

De niña fue muy curiosa y recibió mucho apoyo por parte de sus padres para que pudiera estudiar y formarse en la disciplina que quisiera. Realizó un recorrido de excelencia por el mundo académico. En 1924 ingresó en el Vassar College en Nueva York, donde estudió matemáticas y física. Después de graduarse con honores, obtuvo una beca para cursar una maestría en matemática en la universidad de Yale, que consiguió en 1930. Comenzó una carrera docente en el Vassar College y se preparó para conseguir un doctorado en 1934.

Sus intereses cambiaron de foco cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial. Pese a sus 34 años, y a que su trabajo como profesora era considerado de prioridad, Grace insistió en enlistarse, convenció al ejército naval y obtuvo el permiso de la universidad para retirarse momentáneamente para ser parte de Navy WAVES.

Por su formación fue enviada al laboratorio Cruft de la Universidad de Harvard, y fue la tercera persona en unirse al equipo de investigación del profesor y teniente de la reserva naval Howard H. Aiken.

Allí empezó a trabajar con Mark I y aprendió a programarlo, estableciendo los principios fundamentales de la programación de ordenadores, gran antecedente para la informática. Hacia el final de la guerra, ya estaba trabajando con Mark II y III. Permaneció como investigadora en Harvard y pudo desarrollar el FLOW-MATIC, el primer compilador de procesamiento de datos en inglés que sirvió de base para crear un lenguaje informático universal llamado COBOL.

Tiempo atrás, cuando había sugerido que se utilizara el inglés como lenguaje de programación, se subestimó su idea. Ella logró que las toscas computadoras pudieran entender órdenes en inglés y convertirlas en datos, lo que hizo que la programación se volviera más “amigable” y accesible para cualquier persona.

Por fortuna, el extenso e intensivo trabajo de Grace Hopper fue bien galardonado. En 1969, la Asociación de Gestión de Procesamiento de Datos le otorgó el Premio “al Hombre del Año” (sí, literalmente “man of the year”) en Informática. También fue la primera mujer y estadounidense en ser distinguida como miembro de la British Computer Society en 1973. Recibió múltiples doctorados honorarios de distintas universidades e incluso la Armada bautizó un barco en su honor: el Amazing Grace.

Según la National Science Foundation el porcentaje de mujeres con carreras en ciencias de la computación creció a la par que en los estudios de medicina, leyes o ciencias hasta mediados de los años 80, y se sostiene que había paridad entre hombres y mujeres en puestos informáticos. Luego esta cifra comenzó a caer.

¿Por qué? Se cree que el marketing y la publicidad tuvieron mucho que ver. En esa época comenzaron a venderse las primeras computadoras personales, y las empresas decidieron representar en sus anuncios publicitarios al estereotipo de “nerd” o “geek”; un hombre con anteojos, torpe pero inteligente que utilizaba la computadora para resolver sus problemas.

Para Sara Gómez, ingeniera y directora del proyecto Mujer e Ingeniería, la falta de representación de mujeres informáticas influyó en el hecho de que cada vez hubiera menos. Culturalmente se asoció computadoras con varones y esto se replicó de tal forma que cada vez fue más difícil visualizar que las mujeres también podían dedicarse a la informática. Por eso es importante que los medios de comunicación e industrias visibilicen que las mujeres también están trabajando y estudiando en áreas que quizás se encuentran demasiado asociadas a los hombres. La representatividad es necesaria para cambiar el imaginario social y ampliar el número de mujeres que se sientan inspiradas y motivadas a estudiar lo que quieran, sin sesgos de género.

Grace Hopper, Colección Grace Murray Hopper, 1944-1965, Centro de Archivos,
Museo Nacional de Historia Estadounidense.