Reportajes

Clara Edith Cavallini-31-12-2022

Mi nombre es Clara Edith Cavallini, tengo 86 años. Soy nacida en la localidad de La Paz, provincia de Mendoza. Resido desde que tenía 13 años de edad en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis. Mi padre se llamaba Guido Cavallini, oriundo de esa última ciudad, de profesión ferroviario, mi madre se llamaba Isabel Reposi, oriunda de la provincia de Buenos Aires, ama de casa. Mi abuelo como inmigrante fue uno de los fundadores de la Sociedad Italiana. Tengo 2 hermanos, el mayor se llama Miguel Ángel, y Edgardo Cavallini (ya fallecido). Mis dos dos hijos son Pablo y Noemí Isabel Muract. Tengo 5 nietos y 3 bisnietos.

De mi niñez tengo recuerdos de cuando tenía 2 años, incluso tengo imágenes grabadas en mi mente, una vez mi madre me llevó al cine a ver “Crimen y Castigo”, cuando el asesino de la película le pega el hachazo a la mujer, yo con 2 años pegué un alarido y sentí una angustia… Todavía lo recuerdo, y en realidad era imposible que a esa edad tuviese conocimiento de lo bueno y lo malo, mi madre tuvo que sacarme afuera del cine. Después recuerdo jugar a las muñecas, y me pasaba muchas horas del día estudiando piano, algo que me apasionaba.

De niña viví un tiempo con mi abuela junto con un primo, con el que compartíamos la casa, nos llevábamos muy mal, pero él tenía muchos libros de cuentos, y cuando él no estaba yo se los sacaba y me escondía a leer, yo con apenas 6 años, desde allí nace mi pasión por la lectura.

Mi padre escribía poemas gauchescos, se los publicaba el diario La Prensa, y mi hermano escribe versos con palabras en lunfardo, como con letras de tangos, se nota que viene de familia esta inclinación por la literatura. En el colegio escribía poemas con dedicatorias, de mis compañeras para sus novios, hace pocos días me crucé con una ex compañera del colegio que me saludó y me contó que todavía conserva un viejo poema que yo le escribí para que se lo dedicara a su primer novio. Solía ir a visitar a una prima que era profesora de piano, siendo yo muy niña ya tocaba melodías de oído, después a los 13 años comencé a estudiar piano porque me encantaba.

Como escritora en el año 2001 logré la Mención Especial en el Concurso Nacional “Cartas”, en Mar del Plata. En el año 2005 obtuve el 2º premio en el concurso provincial “Calle Angosta”. En el año 2007 el Fondo Editorial Sanluiseño del Gobierno de la Provincia de San Luis me publicó el libro “Tío Nano”, cuentos para jóvenes de 12 a 90 años, que obtuvo el primer premio en la convocatoria del año 2006. Fui profesora de piano y maestra de música en distintas escuelas de la provincia de San Luis. Soy compositora del himno de la canción del colegio nacional, del himno al hogar escuela, entre otros. Actualmente soy jubilada.

No pude celebrar el nacimiento de mi primer nieto porque justo ese día salía la sentencia del divorcio, aunque desde ese momento me sentí liberada, y comencé una nueva etapa de mi vida.

Como todo bohemio, porque me considero así, prefiero lo práctico a lo bonito, soy simple, solitaria, me gusta el fútbol, soy muy futbolera.

El hambre en los niños, ese me duele y se me caen las lágrimas, el ver llorar a un hombre joven eso me conmueve. Mi pasión es la literatura y el piano. Me enoja cuando veo alguien maltratando a un niño o un animal.

Me gusta la música clásica. Escucho durante el día.

No tengo mucho tiempo libre, pero a veces me siento a mirar películas de acción, o fútbol, masculino o femenino.

Mi padre era muy sabio, me gustaba escucharlo, era muy hipnotizador su relato, y podías pasar horas atenta a su voz, siempre me aconsejaba con buenos modales, eso me marcó mucho de su personalidad.

Hace poco falleció la amiga más cercana que tenía, ahora puedo decir que tengo solo conocidos, siempre fui muy ensimismada de mis cosas, será por eso que a la amistad no le di la importancia o el valor que otros le dan.

Yo me siento más sanluiseña que de donde nací, o por todas las ciudades donde viví por la profesión de mi padre, el ferroviario lo mandaban a Buenos Aires. Y allá nos instalábamos… después vivimos mucho tiempo en Justo Daract hasta que al final llegamos a Villa Mercedes y nunca más nos fuimos, San Luis es mi tierra, mi lugar en el mundo, toda mi familia está acá, mis hijos, mis nietos, soy una agradecida de vivir en San Luis, y más precisamente en esta hermosa ciudad de Villa Mercedes.