Reportajes

Tatiana Deborah Olguín, 08-01-2023

Soy Tatiana Deborah Olguín, nací el 15 de noviembre de 1989 en San Luis capital. Me crie con mis abuelos en Nogolí, por un tiempo seguí concurriendo a la escuela en San Luis, pasaba una camioneta a recogernos a todos los chicos que veníamos a la escuela en capital, volvíamos alrededor de las 4 de la tarde, hasta que decidimos regresar a la ciudad, a mis quince años a mis abuelos les entregaron la vivienda social en el Barrio Puertas del Sol.

Fui a una escuela católica, el Instituto Privado Aleluya, donde cursé jardín, primaria y secundaria, quería seguir Filosofía o Sociología, pero terminé estudiando profesorado en Ciencias Políticas, actualmente estoy haciendo la licenciatura.

Nogolí es como mi segunda casa, mi lugar de infancia: el canal, las caminatas al dique, en su momento el camping, el recorrido por el pueblo y las visitas a los vecinos que muchas veces eran familiares. Vuelvo cada tanto, es el cable a tierra, la conexión con la realidad. De chica soñaba con ser abogada, quizá por admiración a una profesora que nos dictaba ética y ciencias políticas. La política me fue conquistando, enamorando, empecé a militar y trabajar de manera partidaria en el Partido Justicialista.

En el año 2011, terminando la facultad, empecé a trabajar en el territorio, militar e involucrarme, conectar la teoría con la realidad que muchas veces queda muy separada una de la otra, encontrar un nexo, un puente, y generar un pensamiento crítico. Egresé y comencé a trabajar en la docencia, en la Escuela autogestionada Puertas del Sol, luego en la Escuela Nacional con práctica laboral rentada, finalmente terminé trabajando en Educación para adultas y adultos, que es lo que me apasiona, formando parte de la ULP en Villa Mercedes, luego en capital en tres escuelas también con adultos, después como Coordinadora de escuelas rurales en el interior (San Pablo, Renca, Los Cajones y Lafinur).

En 2018 me convocaron del Ministerio de la Educación a coordinar las escuelas generativas bajo la gestión de Paulina Calderón, asumí como Jefa del Subprograma de Escuelas Generativas. Allí estuve trabajando más de dos años en el mantenimiento de las escuelas que ya existían y en la instalación social y apertura de otras escuelas, llegando a veintiséis en marzo de 2020, cuando pasé a formar parte del equipo de la Secretaría de la Mujer, luego de la pandemia asumí como Jefa de Programa de Seguimiento.

Nunca me imaginé llegar a este cargo actual, la gestión me encanta, trabajamos mucho para el encuentro plurinacional, después recibimos la gran noticia de Ayelén (Mazzina) con su designación como ministra a nivel nacional, fueron muchos procesos que se desarrollaron a la vez.

En el medio Ayelén me pregunto si me gustaría formar parte de su equipo, pero por dinámica familiar (tengo un hijo de 5 años), le dije que no iba a poder acompañarla, pero lógicamente seguía acá para lo que necesitara. Luego de una semana de incertidumbre, finalmente me avisa Ayelén que el gobernador me llamaba para anunciarme que asumiría en el cargo de Secretaria de la Mujer. Fue una alegría enorme, y una responsabilidad muy grande, un desafío enorme, pero con la seguridad de que continuaba gran parte del equipo, que conozco la dinámica laboral, y con una imagen positiva de la Secretaría, dándome la posibilidad de trabajar con los lineamientos que se habían propuesto para esta gestión, lo que iba a ser este año y cómo iba a finalizar.

Para este año queremos profundizar las políticas, que queden registros de lo desarrollado hasta la fecha, y darle continuidad independientemente de quién esté, sostener aquellos derechos conquistados a través del respaldo legislativo. También la idea es llevar la Secretaría a cada uno de los rincones de la provincia para llegar a quienes más lo necesitan. El sostén para llevar esto son los círculos de amistades más cercanos, la familia, mi hijo, mi compañero de vida, mi abuela, mi tía, mis padres, que entienden la demanda que tienen estos cargos.

Poder sumarme a un gabinete provincial joven, contagiarme de esas energías, es lo que más rescato, poder pensar en conjunto políticas públicas, siempre se necesita del compromiso de otros ministerios y de otras secretarías, y creo que ese camino se viene haciendo y se ha fortalecido a lo largo del tiempo, porque se ha visualizado la perspectiva de género en todo lo ejecutivo.

El esfuerzo, sacrificio, trabajo, han dado sus frutos, poder conocer cada rincón de la provincia me nutre, conociendo otras realidades distintas a las que vivimos en capital, poder conocer las necesidades de compañeras del interior de la provincia, no solo es materia de género, las realidades que viven o que se encuentran a diario, las políticas públicas tienen que respetar las demandas de cada uno de los territorios, esa es la mayor fortaleza.