Reportajes

José María Cincunegui,05-02-2023

Mi nombre es José María Cincunegui, de origen vasco español, tengo 62 años, nací un 25 de mayo de 1960 en la provincia de Mendoza. Mi padre se llama Miguel Ángel Cincunegui, fue director de la penitenciaría de Mendoza, y mi madre se llama Matilde, ella es ama de casa. Tengo tres hijos, que se llaman José Sebastián, de 37 años de edad, José Alejandro de 34 y Miguel Ángel de 25. Estoy casado desde hace 10 años con Cristhina Giménez.

De niño siempre jugaba al fútbol, desde que tenía 7 años jugué en Independiente Rivadavia hasta que llegué a primera, pero lo alterné a partir de los 10 años con la música, allí me enviaron a aprender guitarra, y al final me quedé con la música hasta el día de la fecha.

Mi padre prácticamente me obligó a que fuera a aprender guitarra, también a aprender inglés y computación, yo tenía 10 años. Eso me sirvió mucho en la vida aunque en su momento yo no lo veía así. Después el destino me dio la oportunidad de viajar mucho, estuve en EE.UU., en Canadá, en España, entre otros países, y todo eso que estudié me sirvió para desenvolverme en mi profesión. Por esa razón me incliné por la música, gracias a la insistencia de mi padre. Apenas aprendí tres tonos con la guitarra y ya enseguida me puse a componer algunas canciones de manera natural, y de ahí en más nunca más paré.

Actualmente con mi señora, Cristhina, integramos un dúo que se llama “CRISTHINA Y PABLO”. Como solista fui ahijado artístico de Los Cantores de Quilla Huasi, de Daniel Altamirano, anduve mucho con Los Chalchaleros, tanto como músico, como acompañante, como representante, anduve mucho con estos grandes a los que yo los llevaba a  Mendoza, a San Juan, a Córdoba, junto con ellos también a Aldo Monje, a Carlos Torre Vila, a Juan Corazón Ramón, todo estos grandes me dieron una mano muy grande- En el año 1994 Los Cantores de Quilla Huasi me presentaron en el Teatro Independencia donde allí me apadrinaron, y Daniel Altamirano en 1998, en su local en Córdoba, también me apadrinó. Soy autor y compositor, me gusta mucho lo melódico, pero hago folclore y en su mayoría nacionalista, es más, en el Festival de Cosquín he ganado con canciones de ese estilo, hago tango también, estuve en el Festival Internacional del Tango. Con el canto interpreto de todo menos rock, porque eso se lo dejo a los que saben hacerlo bien. Soy profesor de guitarra, de teclado y canto.

Lo que me cambió un poco la vida fue casarme con mi esposa Cristhina Giménez, porque, más que una pareja, somos amigos también y nos apoyamos en todo momento, después de eso toda mi vida ha sido prácticamente igual, muy rutinario, siempre puse la música por delante de todo y con mi señora compartimos la misma pasión.

Soy un tipo normal pero a su vez un poco especial, soy divertido, por ahí, muy rara vez, me idiotizo, no me gustan las injusticias, soy honesto, soy muy autocrítico, me molesta cuando algo no me sale y trato de superarme en ello. Soy como soy, auténtico, soy bohemio, un artista.

De la vida me conmueve la pobreza, de la música me conmueven los artistas que hacen realmente lo que sienten y lo hacen bien. Yo miro quizás más allá de lo que debería ser y soy un poco soñador. Mi pasión es la música y River Plate.

No suelo escuchar música, a pesar de ser músico no me gusta escuchar música, me gusta escuchar lo que yo voy a hacer, aprenderlo, o sea que estoy un poco cerrado en lo mío. Pero sí, cuando escucho a un artista que me agrada le presto atención. Me gusta leer Patoruzú, Patoruzito, Isidoro, es lo único que me gusta leer.

Disfruto de mi tiempo libre por lo general con mi esposa cuando podemos llegar a hacer algo como irnos a tomar un café, salir a cenar, o simplemente ir a pasear a cualquier punto de la ciudad o de la provincia.

Esa obligación que tuve en tener que ir a aprender primero guitarra y después inglés y computación me marcó mucho de mi padre, porque vivo justamente de eso que yo aprendí a partir de los 10 años, otra cosa el respeto por los demás.

Tengo muy pocos amigos, sí tengo muchísimos conocidos, pero con mis amigos nos llevamos muy bien, en Villa Mercedes hice amigos reales, por ejemplo alumnos que después se transformaron en grandes amigos.

En el año 1994 vine por primera vez a Villa Mercedes al Festival de Calle Angosta a cantar con Los Cantores del Alba, al finalizar el festival me fui a caminar por las calles y me enamoré por completo de la ciudad, en ese momento dije: “alguna vez voy a vivir acá”. Y mucho tiempo después se dio, apenas llegamos a Villa Mercedes con mi señora anduvimos cantando por todas partes de la provincia, nos recibieron muy bien, trabajamos muchísimo. Personalmente a mí la provincia me trató muy bien, no me iría de acá en ningún momento.