Reportajes

Gabriela Alosi, 19-02-2023

Soy Gabriela Alosi, nací en la ciudad de San Luis, pero crecí alternadamente entre Mendoza, Córdoba y Villa Mercedes. Vivo con mi hermosa familia, mi marido Miguel y mis hijos Ezequiel, Luca y Anna Kiara.

Lo que más recuerdo de mi niñez son los años que viví con mis abuelos (mi mamá Ana y mi papá Gabino) en una estancia cerca de Gral. Paunero, Córdoba. Fueron los años más felices junto a mi hermano Julio. ¡No teníamos tiempo para aburrirnos! Jugar, trepar árboles, criar animales, cuidarlos y darles de comer, andar a caballo, en sulky, aprender a manejar tractores, bañarnos en los tanques de los molinos de agua… O acostarme entre los pinos a escuchar el sonido de los pájaros…

Siempre me gustaron las artesanías, recuerdo que en mi adolescencia hacía moños para el cabello y los vendía a amistades y vecinos. Hubo un tiempo que también trabajé para un local de vestidos de alta costura en la ciudad de San Luis, haciendo ramos de novia y adornos de bodas.

Durante años no hice nada relativo a lo artesanal… Hasta que un día caminando por la 25 de Mayo pasé por un taller de dibujo y arte, entré a preguntar y ahí me quedé un par de años aprendiendo pintura en porcelana, vitrofusión y cerámica. Todo lo que hacía era para mi casa o para regalar. Unos años después tuve la oportunidad de comprar un horno para cerámica, que es lo más caro para desarrollar esta actividad. Cuando nació mi tercera hija dejé de trabajar en el transporte escolar, en el que trabajé durante muchos años y allí tuve más tiempo para seguir con la cerámica. De a poco comencé a vender mis trabajos y a participar en ferias. Cuando ya estuve más afianzada con mi emprendimiento, construimos un espacio para que funcione el taller que fui armando de a poco.

Fui asistiendo a cursos y talleres de diversos temas relativos a la cerámica, porque el mundo de la cerámica es tan amplio que existen muchas técnicas, y cada una con sus particularidades. Siempre hay algo más que aprender, ahora con los cursos  y talleres online es más fácil y accesible. Durante algunos años estuve dando clases (ad honorem) en la asociación “Conciencia”, que trabaja en el barrio San Antonio y en el barrio El Pimpollo. 

Este mes comencé a dar clases en mi taller, con 2 o 3 personas por turno, es un lugar pequeño, así que las clases son bien personalizadas y dinámicas. 

Sin lugar a dudas ser madre fue un antes y un después en mi vida. Tengo tres hijos maravillosos y soy muy afortunada de ser su mamá. Cada día doy gracias a Dios por sus vidas.

Me resulta muy difícil definirme, hablar de mí… Tengo mis fortalezas y debilidades como todos.

Quizás pueda decir que en mi vida pasé muchas situaciones que me dolieron, me asustaron mucho, pero que logré seguir adelante y superarme. Creo mucho en Dios, por eso mi emprendimiento se llama Emunah, que en hebreo significa fe, creer.

Respecto a mi trabajo como ceramista soy muy apasionada y obsesiva, todo lo que hago me tiene que gustar y trato de que salga lo mejor posible.

Me enojan y dan mucha impotencia los abusos en todos los ámbitos, desde el más repudiable que es el abuso a un niño, hasta la persona que abusa de su poder para dañar a otra. Y lo que me genera las más lindas sensaciones es ver crecer a mis hijos.

Me gusta mucho la música en general, de hecho mis 2 hijos varones son músicos, Ezequiel es guitarrista y Luca baterista, ellos tocan en varias bandas de nuestra ciudad. Escucho mucha música, en especial cuando estoy en el taller. 

Cuando tengo tiempo libre trato de disfrutarlo en familia, alguna salida aunque sea a la plaza a tomar mates, aunque es cada vez más difícil porque mis hijos tienen sus actividades y pocas veces podemos coordinar alguna salida todos juntos. Pero cuando se puede lo disfruto muchísimo.

Si no también me gusta leer algún libro o ver películas con mi hija Anna Kiara.

Mi papá Gabino siempre decía que para él la palabra tiene más valor que la firma de un documento… Es algo que aprendí de él y trato de inculcar a mis hijos. Y mi mamá Ana me enseñó a ponerme en el lugar del otro. Era una mujer muy generosa, ayudaba a toda persona que podía. 

Eran mis abuelos pero en mi vida ocuparon el lugar de mamá y papá, y estoy muy orgullosa de eso. Tanto, que mis hijos hablan de ellos como si los hubieran conocido, aunque mi mamá falleció cuando yo tenía 18 años y mi papá un año antes de nacer mi primer hijo. Yo me encargué de que ellos estén siempre presentes en mi vida. 

Tengo pocos amigos, los considero familia. Me gusta compartir salidas, actividades, trato de estar presente aunque sea con un mensajito.

San Luis es mi lugar de nacimiento, si bien en mi infancia no crecí acá, pero luego sí elegí vivir acá. San Luis es el lugar donde nacieron mis hijos y la provincia que eligió mi marido… Gracias a eso nos conocimos y formamos la hermosa familia que tenemos.