Reportajes

SUSANA TORRES

Entrevista realizada el sábado 29 de septiembre de 2018

Soy Susana Torres, nací un 26 de setiembre en San Luis. Crecí en la casa de mis padres que está por calle Pedernera cercana a la avenida Lafinur, cuando la avenida era casi el fin de la ciudad. Tengo un hijo que se llama Jesús y es seguramente lo mejor que hice y que haré.

Soy de familia de clase media baja, mi mamá aún sigue viviendo en la misma casa, ella nació en Justo Daract, vino a estudiar a San Luis y conoció a mi padre que ya falleció. Recuerdo esa infancia de cuatro hermanos, de juegos, teníamos una barrita de amigos con Verónica Foresti, nos íbamos al descampado de los trenes. Había como un “dejarnos hacer” a los más chicos sin medir el peligro que corríamos, éramos un poco salvajes (se ríe).

Fui al colegio Santo Tomás de Aquino hasta que mis padres se separaron, necesité salir a trabajar así que terminé los estudios en el nocturno Juan Esteban Pedernera. Mi primer empleo fue en la Caja de Previsión, también cocinaba y seguía estudiando, me buscaba varios trabajos para ayudar a mi familia, vivía sola, siempre fui muy independiente.

Un hito personal importante para mí fue ayudar en la digitalización en la biblioteca de Alberto Rodríguez Saá cuando era senador, fue disruptivo para mí, pensaba dónde entraba tanto conocimiento en una persona. Al tiempo empecé a trabajar con Tona (Salino) cuando era senadora provincial, también fue como un momento histórico en mi vida porque si bien había militado y tenía algunas intervenciones con la juventud peronista, era muy chica. Trabajar con ella y empezar a pensar la vida con una perspectiva de género para mirar el mundo, entender la política un poco más allá, conocer la vida del otro en circunstancias difíciles y tratar de ayudar, fue un antes y un después.

Era 2007 y era novedoso, traté de aprender de ella que es muy generosa, te forma sin saber que lo está haciendo. Trabajé luego con Eduardo Mones Ruiz en el Ministerio de Gobierno, también pasé por el Ministerio de Seguridad y por la Secretaría de la Mujer de Adriana Bazzano, ahora estoy con Alicia Bañuelos en la ULP y en el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Actualmente estoy a cargo del Programa Articulación Tecnológica y ad honorem como secretaria de Extensión en la ULP. Una de las políticas de estado que me toca llevar adelante es Programadores 3.0, además de la entrega de tablets. En el Virtual Educa contamos cómo es esta política de estado que se aplica desde hace muchos años, que parte de la inclusión digital, teniendo la Autopista de la Información, la conectividad para todos, una serie de políticas pensadas a largo plazo que han permitido la maximización digital.

No es poco que una persona que está recibiendo un plan social además pueda cursar una capacitación de programación y terminar siendo un programador, es muy innovador. Es la posibilidad de tener una salida laboral, estás dando competitividad para que pueda pelear otro puesto de trabajo desde otra posición.

Tuve la oportunidad de encontrarme con una chica que es puestera en un campo cercano a Nogolí y tiene un nene, por eso no pudo venir al intensivo que es presencial, pero certificó todo desde el campo. Está ahora en nosotros ver la manera de facilitarle la segunda etapa. Si nosotros logramos que esta chica sea programadora mañana, y después la contratan para un desarrollo, ya hemos hecho todo.

Me parece que la política es la herramienta que transforma la vida de la gente para bien o para mal. Próximamente largamos una escuela de música en la Escuela Pública Digital Albert Einstein, destinada a cualquier chico que quiera aprender. Todo lo que sea transformador para cambiarle una situación a una persona que jamás tuvo la oportunidad de acceder a ello me apasiona, es lo mejor que me puede pasar en el día, desde que me levanto trabajo para ello.

Tengo una lucha personal que tiene que ver con el lugar de la mujer en el mundo, la lucha por los derechos de las mujeres tiene que ser constante, mas allá de lo que hemos logrado en la provincia que es innovador y que no sucede en otros lugares. He criado a mi hijo sola y muchas veces me encontré en situaciones donde las mujeres somos las que nos ayudamos entre nosotras, quienes estamos en situaciones de desigualdad somos siempre las mujeres.

Debemos crear una red de contención, para fortalecer los derechos, es una misión personal y lo hago por supuesto por fuera de la gestión. Por atravesarlo en lo personal me doy cuenta que es necesario. Desde hace muchos años en San Luis, admirables desconocidas hacen un trabajo de hormiga para proteger a otras, son mujeres que siento la necesidad de ayudar. No me digo feminista, solo peleo por causas que tengan una perspectiva de género, hay fanáticas que arruinan las buenas causas y no tienen nada que ver con lo que me representa. Creo que nuestra sociedad es muy conservadora, pero también muy solidaria y sobre todo desde el anonimato. Todo eso me da mucha esperanza y ha sido transformador para mí. Y siempre será mi causa.