Entre óxido y sangre
Luciana González (*)
Un adormecimiento errante pasea por mis venas. Una melancolía herrumbrosa tiñe mis grietas. En mis surcos, galopa una calma encendida. Entre funerales de asombros cotidianos y nostalgias afrodisíacas, me habita un cementerio de primaveras. El óxido en mis ríos comulga con el pulso. Mi cuerpo, corroído se rinde, desnudo de esperas ante el latido de aquello que parece ser vida.
(*) Soy Luciana, puntana por elección, viajera en esta aventura de descubrirme en cada nueva palabra escrita.