Reportajes

Lucía de los Ángeles Salas. 16-04-2023

Mi nombre es Lucía de los Ángeles Salas. Nací el 16 de enero de 1989 en la ciudad de San Luis. Crecí en la casa de mi tío y siempre recuerdo esa infancia tan especial. Soy madre de seis hijos, dos varones y cuatro nenas. Recuerdo nuestras reuniones familiares, eran lo mejor, las juntadas familiares, en las fiestas y los cumpleaños. Eran momentos de guitarreadas, de juntarse a jugar al truco, todas costumbres muy arraigadas en mi familia.

La infancia fue en la casa de mi padrino, era una casa preciosa y grande con muchas plantas frutales, en el fondo pasaba el canal, teníamos huerta, jardín, un patio grande con sombras de sauces, en el medio un damasco donde estaba mi columpio, yo soy la más chica de la familia. Desde allí observaba a mi madre amasar y hornear los panes, en el horno de barro. Somos nueve hermanos y mis padres ya fallecieron. Mi papá tocaba la guitarra, a veces venía mi tío de Chepes y cantaban juntos, también venían sus amigos a tocarle serenatas, por ejemplo Mario Escudero, (de los ¨Hermanos Escudero¨) Pablo Vallejos y Fabián Lagos (del conjunto ¨Sol de Primavera¨), amigos de mi familia y conocidos por entonces. Compartíamos momentos muy gratos. Para mí esto siempre ha sido muy importante, esos valores que expresan la unión familiar.

A veces nos volvemos a juntar y recordamos esos momentos tan lindos y valorados por nosotros. Terminé mis estudios secundarios y luego hice algunos cursos relacionados a la salud, como Auxiliar en Emergencias Médicas, Secretaria en Administración de Clínicas y Sanatorios, Asistente Farmacéutico, siempre con el fin de ser enfermera, pero no pude terminar la carrera por falta de permiso para poder asistir a rendir los exámenes. Al tiempo de seguir trabajando en la parcela, nos ofrecieron formar parte de las clases que ofrecía el Centro Cultural Puente Blanco,  nos consultaron si queríamos inscribirnos para aprender folclore, me anoté desde el vamos, audicioné y quedé seleccionada.

Así fue creciendo esta pasión que siento por el folclore, por enseñar y por la danza, es como una deuda que tenía con mis padres, sé que les hubiese encantado lo que estoy haciendo. En el Centro Cultural, gracias a Sueños del Arte, pude aprender danzas folclóricas, recibí la información donde enseñaban en forma privada y decidí capacitarme para Profesora de Danzas Folclóricas, soy Profesora Nacional en Danzas Folclóricas.

Me recibí hace más de un año en la academia Estampas Argentinas, donde saqué el mejor promedio. Fui convocada para dictar talleres de una fundación Wichi en Rosario, Santa Fe. Ellos trabajan con pueblos originarios, llevan la palabra de Dios, ya que es una fundación Evangélica Bautista, donde rescatan la raíz del folclore y nuestras costumbres. Concurrí en dos oportunidades y la última vez fui parte de un intercambio cultural, con personas de diferentes lugares del mundo, fue una experiencia muy rica y hermosa para compartir.

Cuando tenía nueve años mi mamá me inscribió para estudiar folclore, pero como nos tuvimos que mudar, no pude seguir. Actualmente doy clases en el Ministerio Filadelfia, que es una Iglesia Evangélica del Barrio 1° de Mayo, en forma gratuita para niños y adultos.

Pertenezco a un grupo de bailarines dentro del Programa Sueños del Arte, dirigidos por profesores de una trayectoria increíble, me estoy capacitando para rendir un segundo nivel. Mi sueño es tener mi propia academia, es más estoy haciendo un curso de albañilería porque tengo lugar en mi terreno para hacer mi propio edificio, bloquecito por bloquecito o ladrillo por ladrillo, como sea.

Es algo que tiene un significado especial. Mi familia me ayudó siempre, dos de mis hermanas siempre han estado, Marina y Doly me han apoyado en todo. Un momento especial que viví con la danza fue cuando desfilé como primera escolta de la bandera de la academia Estampas Argentinas, escuchar mi nombre fue algo muy impresionante para mí, como caer hasta dónde llegué y lo que eso representa.

El otro momento especial fue en la última presentación de Sueños del Arte, el año pasado. La temática hacía referencia a una radio de antaño, rindiéndole homenaje. Fue un recuerdo muy lindo, como estar en la casa de mi padrino escuchando el programa ¨Bajo el Parral¨, me despertaba en las siestas con ese programa, y su música.

Esa presentación me trasladó a ese momento de mi infancia, me emocioné desde el primer cuadro, significó muchísimo para mí. Me tocó bailar pasodoble que me encanta y me recuerda a mis padres (se emociona), fue muy especial, por eso agradezco a Sueños del Arte esa posibilidad de bailar. Quiero agradecer a Dios por ponerme en el camino a personas maravillosas, para lograr todo lo que sé ahora, y las oportunidades que me brindaron. Mis hijos siempre están levantándome los brazos en lo que hago y al semanario que me permite contar lo que es tan importante para mí, desearía que les sirva a otras personas para animarse a seguir luchando, y creer en lo que uno quiere, para poder cumplirlo.