UNA CAUSA POPULAR
Por Roberto Tessi (*)
El crecimiento explosivo de Villa Mercedes en los primeros años del Siglo XX trajo consecuencias en las costumbres de los habitantes locales que veían llegar gente foránea a raudales con intención de quedarse con la esperanza de un porvenir venturoso. Muchos por la sola razón de tomar distancia de las grandes guerras que sacudían el Viejo Mundo y otros llamados por los que habían llegado con la primera oleada y el progreso sumado a la libertad los hacía acariciar sus sueños más queridos.
Por eso, la dirigencia local fue exigida a ponerse a tono del avance del las metrópolis más avanzadas. Así surgió de un grupo de mujeres muy beatas, de misa diaria en la iglesia Matriz, la necesidad de contar con un armonio a pedal que acompañara la liturgia y diera un marco de esplendor a cada ceremonia religiosa. Pero por esos primeros años, al frente de la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, a poco tiempo de su construcción se había hecho cargo del templo el Presbítero José Félix Gómez. Y en él se mantuvo por más de un cuarto de siglo, dejando su fuerte sello personal a lo largo de toda su gestión y su opinión era respetada como la máxima entre fieles y vecinos de aquellos años, no obstante el final penoso y ridículo que terminó con su vida pública y política que lo vio ocupar, además el cargo de concejal en más de una oportunidad, el de Intendente Municipal.
Por lo tanto su apoyo decidido a la idea entusiasmó a todos, más aún cuando el cura redobló la modesta apuesta de estas señoritas creyentes, animándolas a pedir un órgano de tubería como en las grandes catedrales del mundo. La idea del sacerdote entusiasmó tanto que se encargó a la Casa Tornsquist para que tramitara ante la fábrica de órganos de Alemania la adquisición de un instrumento agregando el pago de la primera cuota del instrumento musical, más gastos de aduana y trámites.
La Comuna local aportó en ese entonces $200 pesos m/n, la cofradía $300 y el resto el Banco de la Nación, el Club Social y el Gobierno de la Provincia hasta alcanzar la suma de $1800. La Comisión Pro Órgano del Templo, era encabezada por la Señora Margarita Tómas de Ribas y su secretaria Laura S: de Romero, debieron esperar más diez años para ver cumplido su sueño, la gran Guerra había paralizado todos los anhelos.
Pero pasados los años con el órgano en el Puerto de Buenos Aires aparecieron una infinidad de gastos y trámites que nadie había previsto, pero la comunidad respondió con amplitud, pese a que ya el principal propulsor de la adquisición había muerto en un confuso episodio que dio que hablar a toda la comunidad durante años, siguieron adelante para concretar la adquisición. Así el 9 de Julio de 1925 en el Solemne Té Deum que se ofició en la Iglesia sonaron las notas que inundaron hasta el atrio y conmovieron a los presentes, entre los que se encontraba el intendente municipal Rolando Olloqui y el Gobernador León Guillet.
Quedaron atrás las vicisitudes de esta verdadera causa popular que llegó a plantarse firme en la estación de trenes cuando algún mal intencionado hizo circular la versión de que el órgano iba a seguir para la Catedral de San Luis. El instrumento fue aclamado por la gente a su paso por la Avenida Mitre, trasladado en varios carros del Sr. Luis Farías, quien lo depositó en el atrio para que lo ensamblaran los técnicos enviados por la casa fabricante. Después del Té Deum, el director de Conservatorio Musical de Cuyo, Fidel Blanco llamado “El Mago Organista” ofreció varios conciertos para el público en los días siguientes con gran suceso. Tal lo reflejan los diarios de la época con mucho despliegue.
(*) Textos que en su momento fueron publicados en versión papel y que se digitalizan para el aprovechamiento de la información con fines históricos, educativos y patrimoniales
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Foto: José La Vía.