Vibrando la tonada
Por Sebastián Reynoso
Es sorprendente la diferencia en las tonadas al hablar entre los habitantes de la capital de San Luis y los habitantes de Villa Mercedes. Es notable que los puntanos tienen un acento más marcado. Si nos adentramos en el Valle del Conlara y nos desplazamos hacia el norte de la provincia, esta tonada se hace aún más evidente. Probablemente, a los villamercedinos nos identifique una tonada más similar a la del sur. Esto puede deberse al intercambio cultural que ha ocurrido a lo largo del tiempo. Sin embargo, en la actualidad, este fenómeno no es tan común como solía serlo debido a la menor movilidad de personas.
En los años 60, un estudiante de la Universidad de Buenos Aires tuvo que dar una charla o discurso. Inmediatamente, una compañera suya que estaba sentada frente a él le preguntó: “¿Decime, vos sos mexicano?”. Sorprendido por la pregunta, el joven estudiante simplemente respondió: “¿Cómo?”. La compañera le explicó la razón de su pregunta: “Porque tenés una tonada rarísima”. Vale la pena destacar que esto ocurrió en los años 60, cuando los habitantes de la ciudad de Buenos Aires se sorprendían de cómo ellos mismos percibían a las personas del interior del país, en este caso, la identidad de un provinciano, especialmente alguien de San Luis.
La noción de pueblo comenzó a aparecer, sobre todo en Occidente durante la Edad Media. En ese entonces, se empezaron a ver pequeños pueblos y villas, y los pregoneros fueron actores principales en esos lugares. Ellos recorrían todos los pueblos y se detenían en las plazas para captar la atención de los habitantes contándoles historias que ocurrían en otros lugares, como crímenes pasionales. La gente quedaba fascinada y les arrojaba unas monedas en el sombrero. Así, los pregoneros viajaban de pueblo en pueblo.
Quizás estos pregoneros fueron los antecesores absolutos de los artistas populares que, de manera itinerante, recorrían pueblo tras pueblo. Es posible que alguno de ellos haya pasado por Villa Mercedes, donde la gente no tenía mucho contacto con ese tipo de espectáculos, ya que el único contacto que habían tenido, gracias a sus padres, eran los ejércitos que pasaban rumbo a Mendoza, La Rioja o incluso Buenos Aires. Por lo tanto, el intercambio cultural no era muy frecuente.
En aquella época era muy difícil para los habitantes de los pueblos visualizar cómo era un provinciano de otra región, como un formoseño o un correntino, o incluso la gente del litoral. No había contacto alguno entre las provincias en las comunidades rurales, a excepción de aquellos eventos relacionados con la guerra del Paraguay, de los cuales afortunadamente la provincia de San Luis no participó.
Todo esto mezclado da una característica muy especial a los villamercedinos. Con el paso de los años y la llegada del ferrocarril, Villa Mercedes se convirtió en un importante punto de encuentro para muchos artistas. Incluso algunos de renombre absoluto pasaron por nuestra ciudad, como Libertad Lamarque y Carlos Gardel que se tomaron la famosa foto junto al cartel que decía “Villa Mercedes”. Este hecho llenó de orgullo al gran Toto Polacchi, dueño del reconocido establecimiento llamado “Esquina de Gardel”, ubicado en las calles Balcarce y Fuerte Constitucional. Desde entonces, el ferrocarril se convirtió en un importante medio de transporte que facilitó el intercambio cultural y permitió que numerosos artistas visitaran nuestra ciudad y ya el intercambio de tonadas era un disfrute más que una curiosidad.