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Masonería: del secreto a la luz

José Martín Cabanes

En el mundo de hoy, gran parte de la población ha escuchado hablar sobre la Masonería. Algunas palabras vienen a la mente: orden mundial, magia negra y dinero. Contrario a las creencias populares, la masonería es una institución internacional fraterna de carácter filosófico, filantrópico y simbólico. Promueve el trabajo intelectual y el altruismo. Sus propios miembros la definen como una sociedad discreta, ya no secreta como sí lo fue antaño. 

Origen histórico y místico  

Para escarbar hasta sus raíces hay que tener en cuenta dos denominaciones de Masonería, una “operativa” y otra “especulativa”. Tendremos que remontarnos a la Edad Media europea. Hace casi un milenio son requeridos canteros. Poco a poco, se van reuniendo hasta conformar un reconocido gremio de constructores, o maçons en francés, especializados en levantar soberbias catedrales y abadías con maestría. En secreto transmiten los conocimientos de su oficio a los nuevos integrantes. Entre ellos se reconocían mediante saludos especiales y símbolos.

Con el tiempo, se les llama francmasones o “constructores libres”, porque realizaban sus trabajos en el país que quisieran. La mayoría de la población medieval era analfabeta y nuestros constructores no fueron la excepción, es así que el símbolo adquiere una importancia comunicativa. Pasan los siglos y nos adentramos a un renacer, en el que el dominio del arte de la construcción no es requisito excluyente y todo hombre “libre y de buenas costumbres” es aceptado.

Se reúnen en logias (o talleres) para debatir los más amplios temas sin necesidad de coincidir en pensamiento ni ser oprimidos por sus ideas y, así, cada uno moldeará la naciente institución. Ya debemos hablar de una masonería operativa, contándose entre sus filas a: artistas, políticos, militares, científicos y un largo etcétera. Existe un debate en torno al año en que se fundó la Masonería tal como se la conoce hoy.

Según diversos autores, hacia 1717, en Londres, intelectuales de cuatro logias se reúnen en la taberna Goose & Girindon para fundar la Gran Logia. Incluso se habla de una red de logias en la Escocia del 1599, todas bajo un estatuto único. Sea cual fuere el caso, los estudiosos del tema convienen que fue en Inglaterra, para 1723, en un contexto de revolución cultural e intelectual, en que se organiza y se establecen sus bases. Cabe mencionar el aspecto legendario que propone, retrotrayéndose a los tiempos del rey Salomón. Se adopta entonces la figura de su arquitecto real, Hiram Abiff, como padre fundador y conocedor de los secretos masónicos.

Una organización envuelta en el misterio 

Si bien fomenta el cultivo intelectual, los elementos religiosos y metafísicos no son excluidos. No se exige abandonar un credo, pero es requisito la consciencia en una inteligencia superior, análoga a la de cualquier religión, incluso del ateísmo. Tienen determinadas reglas, bajo juramento, como brindar ayuda a un hermano y resguardar silencio sobre los trabajos en las reuniones.

El estudio de sus símbolos es un viaje introspectivo, abogando por la propia experiencia más que para adoptar un dogma, esto explica su perdurabilidad más allá de los nuevos tiempos.Aunque cada masón es tratado como un igual, hay grados jerárquicos según la profundización y antigüedad respecto a la Orden. Es iniciática y su razón de ser se basa en la construcción de un ser humano mejor y la aplicación práctica de sus herramientas en el mundo social o “profano”. 

Un legado perdurable y silencioso 

Acontecimientos cruciales en la Historia han sido influenciados o incluso ideados y accionados por masones. El mundialmente reconocido lema “libertad, igualdad y fraternidad”, normalmente atribuido a la Revolución Francesa iniciada en 1789, fue acuñado por esta institución. El ámbito nacional no fue ajeno a su enorme pero secreta influencia. Tal es el caso de las revoluciones independentistas americanas o la promulgación de la ley 1420. Grandes personajes argentinos, José de San Martín, Estanislao del Campo, Belgrano, y tantos otros, fueron masones. Aún con toda la información disponible, es la masonería una organización que sigue suscitando misterios en el convulso y globalizado siglo XXI. 

Hiram Abiff es citado en la Biblia como uno de los que intervinieron en la construcción del Templo de Salomón, alrededor del año 988 a. C. Fue también una figura alegórica del ritual masónico. Grabado de Pierre Méjanel.

Fuentes consultadas y entrevista

“Historia de la Masonería”, Miguel Martín Albo.

 “Masones argentinos”, Mariano Hamilton

Aníbal Schmüller, masón (QDP)