Tertulias de la Aldea

RECORDANDO A MIGUEL NAJDORF

Por la WGM Claudia Amura

Basta poner su nombre en cualquier buscador para darse cuenta de la fama que obtuvo este entrañable ajedrecista polaco, nacionalizado argentino luego que la Segunda Guerra Mundial lo arrojara en Buenos Aires, donde vino a participar de las Olimpíadas de Ajedrez.

A poco de llegar al país, comenzó la Guerra en Europa y  la matanza del pueblo judío donde en Polonia resultó un exterminio casi completo. Allí don Miguel perdió todo y a todos, incluyendo esposa e hijas, según su propio relato mataron a más de 300 de sus familiares.

Sus comienzos en Argentina fueron difíciles pero la fama le llegó pronto debido a su enorme talento por jugar partidas a ciegas. El mayor récord lo realizó en 1947 en Sao Paulo (Brasil) donde jugó 45 partidas simultáneas a ciegas (sin ver el tablero), durante 22 horas con 40 minutos. Ganó 39, perdió 2 y entabló 2. No pudo dormir en las siguientes 30 horas debido al gran esfuerzo realizado.

A pesar de la adversidad “El Viejo” (así le decíamos con cariño) pudo rehacer su vida   llevando muy alto los colores de Argentina al representarla en varias olimpíadas, consiguiendo para nuestro país el segundo puesto en Helsinki 1952. 

Anécdotas:

Compartiré anécdotas junto a él y que no son muy conocidas en el mundo del ajedrez, pero que desde este espacio quedarán para siempre.

“Le robé tablas”: en el Abierto Internacional de Mar del Plata del año 1986 me tocó jugar con Don Miguel llevando piezas blancas, yo tenía 15 años y un enorme respeto hacia mi rival. Luego de 4 horas llegamos a un final donde logré peón de ventaja y curiosamente un final muy similar al nuestro lo había comentado Don Miguel en su columna semanal de Clarín (los sábados), de tal manera que yo gracias a él sabía cómo ganarlo. 

Me quedaban pocos segundos para llegar al control de tiempo y realicé una secuencia de jugadas similares pero no repetidas, cosa de evitar tablas por repetición. El público se amontonaba sobre nosotros porque casi no quedaban partidas y cuando finalmente logré llegar al control de tiempo Don Miguel me agarra la mano mientras finalizaba mi última jugada y sonriendo me dice “Muy bien nena, Tablas”. La gente empezó a aplaudir pensando en mi hazaña del día y yo quedé tan sorprendida que no pude reaccionar y firmé el empate más famoso de mi carrera. El sábado siguiente en la columna de Clarín “El viejo” confesó con picardía que me había robado el empate…

¡Daniel te toca jugar!: Durante las Olimpíadas de Grecia 1988 nuestro equipo femenino tenía serias diferencias con los dirigentes nacionales por el trato desigual que se nos daba con respecto a los hombres. Por ello se decidió hacer en forma de protesta un paro de 5 minutos, permaneciendo paradas frente a la partida ese lapso de tiempo, lo cual resultó muy llamativo. Don Miguel era por entonces el capitán del equipo masculino y su primer tablero era GM Daniel Cámpora, quien ese día enfrentaba nada más y nada menos que al campeón mundial Garry Kasparov. 

Daniel en solidaridad con el equipo femenino decidió sumarse a la protesta mientras Don Miguel desesperado no sabía cómo explicarle a Kasparov que Cámpora se había sumado al paro y mientras hablaba en varios idiomas a la vez -hablaba 8-, le tironeaba el saco a Daniel al grito de ¡Daniel te toca jugar!… A los 5 minutos este episodio ya era anécdota.“Me pusieron sangre de Kasparov”: Casi al final de sus años, fui a visitarlo a la clínica donde lo habían internado de urgencia. En la habitación estaba su esposa Rita, quien me dijo “quedate un rato pero nada de ajedrez, debe estar tranquilo”. Fue cerrar la puerta que “El Viejo” con agujas clavadas en ambos brazos se estiró para agarrar juego y reloj mientras me decía, si me ganás una de 10 ganaste el match. Me fui sin poder sacarle medio punto y cuando me retiraba me dijo sonriente: “No te preocupes ‘Nena’ (mi apodo), hoy me hicieron una transfusión de sangre y seguro que era de Kasparov”. Don Miguel falleció en 1997 en Málaga, España, a los 87 años durante su última gira ajedrecística.