Expresiones de la Aldea, Raquel Weinstock, San Luis

La amistad como privilegio

Raquel Weinstock dedicaba unas palabras y su admiración a Beba Di Genaro.

Por Raquel Weinstock

Porque creo que lo importante sigue siendo alcanzarnos. Pronunciarnos por la vida, su derecho, su esperanza. Intentar alimentarnos de todo y por qué no de todos, hasta quedar exhaustos de paz.

Hasta poder soñar que ser honesto, dejó de ser una virtud y se convirtió por fin en lo que las mutaciones nunca lograron ahogar. Un bien común, natural, una prioridad humana, sobre la que el trabajo cotidiano, es el hallazgo de encontrarnos permanentemente con nosotros.

Alcanzarnos, aún más allá de nosotros, sin el fantasma de ningún poder, con una única y auténtica alucinación, las de nuestras más resplandecientes muecas sobre el espejo del universo.

Sobre la verdad, irresistible verdad que nos hace libres, sobre la cara fresca y llena de luz de la solidaridad, que es el respeto por nosotros.

Sobre la dignidad de todos los pueblos, que más allá de la etnia y los subvalores se deciden por ponerse de pie ante la humanidad y asumirse. Con la autenticidad sin maquillaje, corajuda.

Por la lección de amor que aún no dimos y espera, para graduarnos, seguramente como los luchadores incansables de todas y de cada una de nuestras postergadas agonías.

Y, digo este pensamiento sólo para compartir un bellísimo poema que tiene que ver con mi amistad con su autora. Amistad, intacta y que empuja a la nostalgia. Me refiero a Beba Di Genaro y su letra, al privilegio de su pluma.

Tengo ganas de hacer el amor esta noche

Tengo ganas de hacer el amor esta noche,
esta noche tan rara,
encogida y con puños cerrados
me golpea la sangre, la hembra.
Tengo ganas de hacer el amor esta noche
a mi gusto, voluptuosa, lentamente
con los cinco sentidos alerta,
entre luces, desnuda, en el agua,
o después de jugar en el agua
contigo, con aquel, con cualquiera,
conmigo desdoblada
en la cama, en el pasto, en la arena
con las manos, con la boca y con la melena
con las vísceras, con las flores, con las frutas y el polen.
Tengo ganas de hacer el amor esta noche,
desde el cuerpo entregarme
y que sabio otro cuerpo me envuelva,
me traslade, me incendie, me estrelle
me rebaje, me ascienda, me ausculte
cada poro de pies a cabeza.
Y que el alma se sume si quiere,
si no que prosigan las bestias
las cálidas, las tímidas,
las trémulas bestias,
ya mañana veré el dedo acusador
de las inteligencias.
Ya mañana oiré
martillando
reproches,
mañana.
Pero yo tengo ganas de hacer el amor esta noche.
Pintura de Francesco Ayets. 1823