María Guadalupe García (*)
 
Nombrá cada una de ellas
sin saltarte ninguna
fingí  no recordar
aquellas veces,
en las que te quedaste con ganas.
 
Ponele nombre a ese jadeo
que salió de tu sexo
lustrá ese placer que
los unió aquella vez.
 
Recitá cada contacto
que encendieron tus pechos
y que interrumpieron
aquél cuerpo aletargado.
 
Sustraete de vos misma
de él, tan solo mirá
cómo se relajan sus cuerpos
a medida que la sangre late
y los recorre mojando
una pasión sedienta.
 
Borrá las condiciones
y  las coordenadas
que los dibujan en ese lecho
escaso.
 
Resistíte a vos misma
martillá en ese punto
en el que el placer
se sostiene
con el deseo,
con la vida misma,
con las certezas
y la incertidumbre
de no plagiarte tu placer.

(*) Soy María Guadalupe García, vivo en San Luis hace cuarenta y siete años, en los que he ido creciendo y descubriendo una inclinación por la enseñanza como por las palabras, y en ambas un mundo de experimentación y de expresión que me han sostenido y enriquecido en mis distintos roles como mujer, madre, esposa, hija, docente, amiga y varias más.