La Aldea y el Mundo, San Luis

Ciberdelito: crecen los delitos informáticos

Agustin Figueroa, estudiante de Ciencias de la Computación creó una herramienta que detecta evidencia delictiva en WhatsApp

Dayana Anahí Pallero Lagos

En Argentina se registraron casi 5000 fraudes mensuales durante el 2022, según un informe realizado por el Observatorio de Cibercrimen y Evidencia Digital en Investigaciones Criminales. Esta entidad, que depende de la Universidad Austral, asegura que creció un 200% en comparación a años anteriores. El aumento de las estafas digitales es un fenómeno mundial que avanza junto a la tecnología.

Los delitos informáticos son conductas ilegales, realizadas por personas físicas en el ciberespacio a través de dispositivos electrónicos y redes informáticas. Estos actos atacan la confidencialidad e integridad de sistemas informáticos, redes y datos digitales.

Los más comunes consisten en estafas, robos de datos personales, de información comercial estratégica, suplantación de identidad y fraudes informáticos. También se destacan ataques como cyberbulling, grooming, phishing cometidos por ciberdelincuentes que pueden actuar en grupos o solos.

Debido al alza de estos crímenes son indispensables instrumentos que ayuden a erradicarlos. Por esta razón se destaca cuando alguna nueva herramienta aparece en el mundo de la ciberseguridad. Un ejemplo de esto es la herramienta creada por Agustin Figueroa, que detecta evidencia delictiva en WhatsApp.

Un nuevo horizonte

Agustin Figueroa estudia la Licenciatura en Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales en la UNSL. Actualmente está cursando su último año de la carrera y desarrolló una herramienta digital que ayuda a investigar delitos informáticos realizados por WhatsApp. Su trabajo consiste en recrear conversaciones de WhatsApp que están bajo investigación por hechos delictivos.

Este aporte sirve de apoyo al peritaje informático, acelera los procesos judiciales y ofrece resultados favorables que contribuyen con el ámbito jurídico.

El estudiante la desarrolló durante sus prácticas profesionales en el Departamento de Delitos Complejos del Poder. En la actualidad esta entidad la sigue utilizando durante sus investigaciones. Esta aplicación informática puede usarse en casos de bullying, grooming, robos, extorsión, violencia de género, violencia intrafamiliar, entre otros ejemplos.

La herramienta visualiza evidencia digital de WhatsApp y ayuda al peritaje informático. Es decir, colabora con la obtención de una prueba informática de aplicación en un asunto judicial que interviene en decisiones de culpabilidad o inocencia.

Este instrumento trabaja con evidencia digital aportada, es decir una persona aporta la evidencia. Esta evidencia puede estar relacionada con conversaciones que muestren indicios los cuales pueden probar algún hecho. Según el estudiante sirve como evidencia y respaldo.

Durante los procesos judiciales a la evidencia aportada, como pueden ser los dispositivos de telefonía móvil, se les realiza una exportación. Así se logra acceder a mensajería de chat con la cual esta herramienta digital se encarga de visualizarla de una mejor manera. Las conversaciones que están bajo investigación deben ser exportadas para no alterar las evidencias.

Cuando se exportan los mensajes de WhatsApp se obtiene un archivo TXT el cual es un formato ilegible. El instrumento ordena la evidencia digital y traduce estos mensajes en un formato legible, la reconstruye.

“La herramienta es navegable, fácil de ver y la pueden utilizar operadores que intervienen en un proceso judicial” asegura el estudiante. “Tratamos de que sea multiplataforma para que independientemente del lenguaje de programación que se utilice, se pueda leer con este instrumento” agregó.

Figueroa explicó que es posible aplicar filtros cuando por ejemplo cuando la conversación a investigar es muy extensa. Al realizar el filtrado, la herramienta se puede quedar con secciones que son más relevantes para el caso. “También se puede agregar información, en el TXT no menciona ningún nombre pero sí el número de teléfono, entonces le agregás los nombres dentro de la conversación. Después, ese chat se exporta y los investigadores continúan con su trabajo” explicó.

Parte de la programación de esta aplicación se dio en el Laboratorio de Calidad e Ingeniería de Software (LACIS) de la Universidad Nacional de San Luis. El desarrollo de la misma solo le tomó un cuatro de meses y aún es utilizada en el Poder Judicial. Aunque Agustín ya terminó su pasantía allí, sigue haciendo el mantenimiento de esta herramienta y agregándole mejoras.

A través de este desarrollo el estudiante obtendrá el título universitario de Licenciado en Ciencias de la Computación. Esta tesis está dirigida por el Dr. Enrique Miranda y la Mgtr. Lorena Baigorria. En el futuro Agustín quiere especializarse en Informática Forense

¿Cuáles son los ciberdelitos más comunes en Argentina?

Los ciberdelitos se cometen a través de programas maliciosos desarrollados para borrar, dañar o alterar datos informáticos sin autorización, con fines económicos y de daño. Entre ellos se destacan el ataque a la navegación, que consiste en desviar tu navegador hacia páginas que causan infecciones con programas malignos. Estos programas pueden borrar tu sistema operativo, infectar tu teléfono y tu computadora, activar tu webcam, extraer datos, entre otros daños.

Otro delito que se comete es la interrupción en bases de datos públicas o privadas. En esos casos puede ingresarse información falsa o robo de datos con diferentes fines. Existen también los virus informáticos, que encriptan archivos, bloquean cerraduras inteligentes, roban dinero desde los celulares con mensajes de texto que parecen de la compañía.

Los ciberdelitos usan la ingeniería social para engañar, amenazar y sacar datos personales, obtener dinero, suplantar la identidad, o incluso acosar digital y sexualmente.

Entre ellos se destaca el ciberbullying, que se destaca especialmente en la comunidad digital joven. Es el acoso por las redes sociales con la intención de perseguir, acechar, difamar y atentar contra el honor e integridad moral de una persona. Esto lo hacen a través del descubrimiento y revelación de secretos, de la publicación de comentarios o videos ofensivos o discriminatorios, etc.

También existe un delito llamado “grooming”, este se trata de personas adultas que, de manera velada, intentan obtener fotografías o videos sexuales de personas menor de edad. Posteriormente esas imágenes son utilizadas para chantajear a los menores e incluso llegar a instancias de abuso sexual.

En Argentina, también se ha detectado sextorsión, que consiste en pedir dinero a cambio de no difundir en las redes imágenes generadas para un intercambio erótico consentido. Entre muchos otros como el ciberodio.