María Paula Livio, nacida el 20 de mayo de 1976 en Tapalqué, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, tiene una historia marcada por eventos que transformaron su vida. Su familia se trasladó a San Luis en los años 80 huyendo de una devastadora inundación. Recordando esos momentos, María Paula relata: “El agua estuvo a dos metros durante aproximadamente un mes. Todos vivíamos amontonados en un hotel”.

Con cinco años, la mudanza a San Luis significó un cambio abrupto en su vida y la de su familia. “Fue un cambio muy grande para mí, mis hermanos, mi mamá y mi papá. Era el inicio de esta ciudad, parecía un pueblo grande”, comparte.

Al llegar a la etapa de estudios superiores, María Paula se trasladó a Mendoza para estudiar Artes Plásticas y construir su vida lejos de San Luis. “Hice toda mi carrera, me casé, tuve mis dos niñas y luego regresamos”, cuenta.

Fue durante su experiencia como madre cuando María Paula descubrió el mundo digital, una herramienta que le permitió expresar su creatividad mientras se ocupaba de su familia. “Fue más fácil desarrollar esa creatividad en este entorno digital que me permitía maternar”, destaca.

Su incursión en la producción televisiva comenzó con Majo en una productora, donde juntas se aventuraron a hacer programas para un canal. “Fue sumamente divertido, le encontramos un camino. O sea, no nos cansábamos nunca de hacerlo, de viajar, de andar, de llamar”, recuerda emocionada.

El énfasis en la humanidad marcó sus decisiones: “Priorizábamos desde un primer momento algo que fue un pacto tácito, priorizar la humanidad”, destaca. “Fue el primer paso que nos definió como productoras y como hacedoras”, añade.

Antes del ciclo en Canal 13 “Por donde pasa el amor”, María Paula trabajó en programas como “El libro de tu vida”, “La obra de tu vida” y “Puntanos Argentinos”. “No sabía nada de producción y tuve que aprender el ABC”, cuenta. Estas producciones supusieron un desafío logístico al buscar personas en diferentes lugares de Argentina cuando las redes sociales aún no eran tan avanzadas. “Era interesante hacerlo”, reflexiona.

Estas experiencias de trabajo y reflexión hicieron que María Paula se cuestionara la migración y el impacto de las historias vivas en la sociedad.

“Fueron varias las historias que me hicieron pensar esto de las migraciones, porque yo me considero migrante dentro del mismo territorio. Me llamaban la atención las personas que nunca se habían movido de sus casas, que tenían 80 años y estaban en su misma casa, y las personas que habían venido de otros lugares, una pareja realmente me impactó, eran los dos inmigrantes, él había llegado huyendo de la guerra, y contaba anécdotas. Eso de tener la historia viva, sí me cambió y pienso de tener una influencia en tu propia familia, toda esta experiencia que se transmite, si no es verbalmente, es actitudinalmente, desde la valoración de la propia vida, la comida, el transporte, se empieza a ver más desde un lugar que tenemos, pero a veces no lo apreciamos, que es un lugar de privilegio”.

Si pudiéramos responder esa pregunta, de ¿por dónde pasa el amor? se cuestiona Paula: “aunque es una falsa estadística porque nosotras entrevistamos todos matrimonios mayores, la respuesta es por las familias. Ellos han sido el eje, las personas entrevistadas son quienes sostienen esas familias, son pilares, una fuerza centrípeta que han nucleado y han sostenido hijos propios, ajenos, y todo lo que sigue expandiendo. Pero si hay una palabra que me queda, es la de sostén”.