La columna de Iris

Te digo, está todo muy loquito, conviene serenarse para llegar a fin de año más o menos equilibrada. Te paso unos tips, unas breves recomendaciones. Paremos la pelota porque todo está medio violento, medio revueltito. A parar la pelota. Empiezo con una palabrita para ayudarte: temperancia. Viene del latín temperantia, que significa ‘templanza’ o ‘moderación ‘. Y una de las definiciones más ajustadas de este concepto dice que la temperancia consiste en abstenerse de todo lo perjudicial y usar con prudencia lo que es saludable. En cierto sentido, se puede equiparar la temperancia con el dominio propio, y este concepto es aplicable a todos los aspectos de la vida: comer, beber, dormir, vestir, trabajar, etcétera. En cada uno de estos ámbitos, el mayor riesgo no se encuentra en la escasez, sino en la abundancia, pues la intemperancia –la falta de moderación y dominio propio— está estrechamente ligada a la decadencia moral del ser humano.

Entonces, seis cositas para mejorar tu salud: come de forma saludable; disparale al tabaco y al alcohol; tenés que hacer actividad física, algo, lo que se te ocurra, mucho o poco, o lo que puedas; dormí más horas, mejorá los hábitos de descanso, dormite una siesta; relájate, estate tranquila y no discutas con todo el mundo; controlá el estrés porque sos boleta. Se entendió: no te des unos atracones que te dejan pesada y te hacen doler la panza, te dan acidez, dolor de hígado y todo eso. Tenés que fijar horarios para hacer las cuatro comidas diarias. 

Evita los alimentos o las preparaciones con grandes cantidades de grasa: frituras, embutidos, fiambres, achuras, manteca, crema, quesos maduros (provolone, reggianito), comida rápida, hamburguesas, pizzas, papas fritas, mariscos y frutos de mar. Sí, ya sé que suena difícil, pero las recomendaciones son así. Ah…y nada de gaseosas. Tomá vinito de una forma más o menos criteriosa, una vez, unos brindis, pero no todos los días. Tenés que saber que el alcohol no sólo te aporta calorías extras, sino que eleva tus glucemias, colesterol y triglicéridos. Tratá de dejar el pucho, o por lo menos fumá menos. Hacé gimnasia o algún deporte. Anotate en básquet o en vóley, o fútbol de veteranas. Lo que te guste. Andá a un parque, hacete una rutina. Y por favor no te pongas loca por cualquier cosa, tomalo todo con calma. Hacé la filita, un trámite por día bien tempranito para no sofocarte de más. Y mucha, mucha agua. Hidratate bien. 

Yo te cuento lo que me pasa a mí. Si te dicen del hígado graso, o sea se te forma grasa alrededor del hígado. Te digo que alimentos te ayudan: aceite de oliva, ajo, alcauciles, cereales libres de gluten, cebolla, brócoli, coliflor, cúrcuma, endivias, limón, manzanas, níspero, pomelo, rabanito, remolacha, repollo, té verde, zanahoria.

Y te tomás un tecito depurativo: en un litro de agua, hervor tres cucharadas de cardo mariano, dos cucharadas de carqueja y una cucharada de boldo. Una vez hervido añadir el jugo de un limón y una cucharada de cúrcuma en polvo. Guardar en la heladera e ir tomando a lo largo del día. Metele todo lo que puedas.

Te lo tenía que decir, ya sé que no son cosas muy ricas o muy piolas, pero hay que jugarse nena. Haceme un poco de caso y cuídate. Después pasa cualquier cosa. Hay que preservarse.

Así podés disfrutar las fiestas, los hijos, los nietos y todo eso tan lindo. Si cabe, te compras una pilchita linda, fresca, colorida, que genere envidia a las charlatanas. Unas pinturitas nada sobrias y a matar en las tardes y en las noches. Te sentás en esos bares bien concurridos, por supuesto en la calle. Un lindo grupo de amigas y a disfrutar sin enloquecerse.

Armás unos buenos brindis, y fuertes abrazos con amigas, familia y con la buena gente. En las reuniones sacá temas ligeros, hablá todas pavadas y reíte con muchas, muchas ganas.  Algún regalito, lo que puedas, no te vuelvas loca, está todo por las nubes. Una cosita como para que sepan que te acordas, y los querés mucho a todos.