Destacado, La Aldea y el Mundo, San Luis

Esferas de la concentración del poder en San Luis

En medio del descontento generalizado al que han sido empujados los puntanos por el brutal “ajustazo” de la flamante gestión de Poggi, se conjetura cómo es el manejo del futuro y del dinero de los puntanos.
A ojo de un vuelo rasante de águila, algunos observadores de los movimientos del poggismo, que ahora están instalados en la Torre 1 de Terrazas del Portezuelo, aseguran que la mayor concentración la ejerce el grupo autollamado “LOLA” que comanda el gobernador Claudio Javier Poggi con una muy reducida integración. Están Néstor Ordóñez (M$), Diego Masci (Agencia de Noticias-Canal 13 y aparato de medios), el vicegobernador Ricardo Endeiza, Alfredo Pascuet y Facundo “bolsita” Santarone.
Es en este círculo, pequeño en integrantes pero poderoso por la billetera gorda, donde se toman y mandan a ejecutar las “operaciones”.
Un segundo nivel comprende a aquellos y aquellas que están cerca de los “LOLA”, pero que no tienen un lugar en esa mesa chiquitita de “decisiones”. Son los que solo sienten el calor de los “Lola” y se los identifica como los integrantes de la “Mesa Social”.
Están: el intendente capitalino Gastón Hissa, el senador Martín Olivero, la secretaria general Romina Carbonell, la esposa del gobernador Sandra Correa, el fiscal de Estado Víctor Endeiza y el “denunciador serial” Ricardo Bazla. Además, la ministra de Seguridad Nancy Sosa.
Este grupo es convocado por los “LOLA” cuando hay alguna actividad institucional o social (el festejo de un cumpleaños). Es decir, no tan cerca ni tan lejos.
Luego, aparece una tercera esfera o estructura, más mayoritaria. No participan de ninguna reunión de la “mesa chiquitita” o de los “LOLA”, pero son los que ejecutan las órdenes o bajan al terreno. Acá figuran poggistas de primera hora calificados como de “paladar negro” y algunos de los que integran el gabinete. Dígase los hermanos-secretarios Luis y José Giraudo, los ministros Facundo Endeiza (Gobierno), Mónica Becerra (Desarrollo Humano), Federico Trombotto (Desarrollo Productivo), Guillermo Araujo (Educación) y Claudia Spagnuolo (Salud). También, Gabriela “Gaba” González Riollo (Vinculación Interjurisdiccional).
En un cuarto espacio o esfera están concentrados aquellos funcionarios de “paladar veteado” o “los que no son puros”, quienes fueron agregados al esquema como producto de la alianza electoral. Cuando llega uno de “los no puros”, los de “paladar negro” se callan. Es decir, los incomodan.
En esta esfera aparecen radicales como el ministro “gaucho” Juan Manuel Rigau (Turismo y Cultura), y Federico Cacace (secretario de Ambiente) y su asesora Claudia Rocha, Harold Bridger (secretario de Actividades Logísticas), los Arancibia Rodríguez (Partido Demócrata), Charly Pereira (Pro-versión Bullrich) y el presidente de la UCR, Juan “Malevito” Álvarez Pinto.
Acá también están nucleados los radicales históricos como Jorge “Pupa” Agúndez, Miguel Bonino, Walter Ceballos, Jorge Lucero, Tony Lorenzo y Miguel Postiguillo, entre otros.
A ellos se suman los dirigentes de Todos Unidos (va cambiando a Todos Afuera). “El Adolfo”, a Carlos y Delfor Sergnese, Andrés “El Pelado” Vallone, Daniel “El Porteño” Orlando, “Pachi” Mazzina, “Toti” Videla y Mario Raúl Merlo aparecen en este “selecto lote”, pero están muy próximos a caerse de la esfera de poder. Por último, hacen pie los profesionales e investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) que han ocupado lugares estratégicos de la estructura gubernamental, apadrinados por el rector Víctor Moriñigo.