La Aldea y el Mundo, San Luis

Richie Ramone: el sacerdote de la ceremonia que une a las generaciones punk

Por Polaco Altavilla

La presencia de Richie Ramone en el país no pasa desapercibida y las huestes ramoneras se calzaron sus atuendos punks para celebrar otro ritual con uno de los embajadores del género, cuando volvía a presentar su disco Live To Tell, más los clásicos de la banda que lo dio a conocer a las masas, y su autobiografía, I Know Better Now.
“Ellos me dieron el comienzo de mi carrera, así que les agradeceré por siempre”, resaltó Richie tras ser llamado por The Ramones, grupo que cumplió 50 años y son parte en la historia de la música, y el solista está feliz de celebrarlo. “Oh, significa todo para mí, sabés? fue la primera banda con la que tuve una gira nacional y me dio la vida que tengo hoy… no estaría aquí si no fuera por The Ramones”, sintetizó su descripción.
Richie (su nombre es Richard Reinhardt) fue baterista de la banda desde 1983 a 1987, y es el único batero del grupo que compuso 6 canciones, como Somebody Put Something in My Drink, I’m Not Jesus y Humankind, y una de ellas, nombra su autobiografía, I Know Better Now (Ahora Lo Sé Mejor – Mi Vida Antes, Durante y Después de Ramones) editada por Pinhead Press, un ejemplar de lujo, de 336 páginas, con fotos y material inédito.
La entrevista se concretó tras un brunch en el coqueto Hotel Scala, gracias a la gestión de la emprendedora puntana Flor Vargas y su pareja, el rockero neoyorquino Jeff Jones (amigo personal de Richie), y de Sofía Altavilla, que asistió durante la cobertura.


De buen humor, este referente del Punk Rock comentó detalles de su libro, presentado en un meet&greet y contó qué siente ante la calidez que recibe en el país al interpretar el repertorio de esta institución punk y un cariño que no se detiene. “Sé que es la historia de mi vida, la de un ‘bambino’ (un niño) que crece y todo eso, sabes? y es todo el camino que hice en la música hasta que entré en The Ramones, y de historias así. Es una historia muy personal, es todo muy cierto y ‘exacto’ -en español- porque no dejo nada afuera”, explicó el músico, enfundado en ropa de la marca argentina Dirty Boots (remera blanca y botas de cuero), la línea de indumentaria que cuenta con el músico entre sus clientes selectos. “Alguien vino a ofrecérmelo y me dijo ‘vamos a hacer un libro’ y yo estaba como ‘oh, no lo sé, creo que quiero esperar hasta que me muera’, y luego Jeff me dijo: ‘deberías hacerlo ahora que los hierros están calientes’ y escribir el libro”. En ese momento, Richie sonríe desde el sillón y mientras observa a Jones tomando café, lo señala y, en complicidad, su amigo devuelve la sonrisa. “Y también sentí que a través del libro, los fans de Ramones me van a conocer y aprenderán mucho sobre mí”.
The Ramones era la banda que más veces tocó en Argentina, con 27 shows en las giras que realizaron durante los años 1991, ‘92, ‘93, ‘94, ‘95, y el ’96. Hasta que el 11 de septiembre de 2012 otro grupo punk, los alemanes Die Toten Hosen los superaron con 28 conciertos, que continúan sumando, sin contar los conciertos callejeros sorpresa. La primera vez que los teutones vinieron al país fue el 11 de septiembre de 1992.


“Es hermosa y muy cercana la relación con la audiencia en Argentina”, dice Richie mientras cruza los dedos índice y mayor de su mano derecha, demostrando en el gesto lo unidos que están en el país el ídolo y sus seguidores, y sostiene, con énfasis: “¡me encanta venir a aquí!, es mi lugar favorito en el mundo para tocar porque la audiencia se emociona mucho. Cuando salís a tocar, ellos lo expresan y puedes sentir que están ahí para vos. Sabés que estamos todos juntos ‘como una familia feliz’, todos juntos aquí”.
No pude evitar decirle que ‘todos somos una familia feliz aquí’, en referencia a la canción We’re a Happy Family, del disco Rocket to Russia (1977) y que en 2003 nombrara al disco tributo en el que participaron Red Hot Chili Peppers, Rob Zombie, Eddie Vedder, Metallica, U2, KISS, Marilyn Manson, The Pretenders, The Offspring y Tom Waits, por ejemplo.
Lo que era un casual brunch con Richie Ramone derivó en una charla en la que el batero de la familia Ramone contó detalles particulares de su vida dentro y fuera de la banda, con fans repartidos por el mundo, pero que en Argentina “el Richie de la gente” se nutre de una energía y cordialidad inusual, sin fecha de caducidad.