La avispa ante la extorsión
Especial para La Opinión La Avispa
Jamás pude imaginar que alguna vez yo vería la malvada ejecución de una jugada mafiosa. ¡Nunca en mi hermoso San Luis! Así ocurrieron las cosas. De histórica localidad. Muy cerca, Los Manantiales, es oriundo el senador que preside con decisión el Bloque de Senadores de la, ahora, oposición. Era una noche serena de silenciosa armonía. No se movían las hojas, el viento las respetaba. Un sordo ruido anunció que los “oscuros” llegaban. ¿Qué objetivos perseguían protegidos por las sombras? Con designios tan oscuros, ¿Quién a romper los mandaba? ¿Porque en cobarde tropel con las caras bien tapadas? Muy sencillo. Era un castigo. Un “tate quieto”, te digo. ¿Por qué?, porque resistió apretando las espuelas el intento de extorsión como mandaba su abuela. Doña Clema, desde el cielo asiste a los senadores. ¡No se rindan, no señor! No reciban los favores. Se los dice quien vivió por San Luis de sus amores. ¡Tanto empeño en endeudarse! No quieren decir por qué. Ni cuánto es el “interés”. Me parece que el “retorno” nos hace posible ver al ladrón corriendo al juez. MORALEJA: En esta oportunidad no quiero dar un consejo. Más bien un aplauso tengo para quien con decisión puso fin a la extorsión que traían bajo el poncho. Pero lo mismo quizá, le ayude a tomar coraje le transcribo ya, sin más, de Vizcacha este pasaje: «Las armas son necesarias Pero naides sabe cuándo; Ansina, si andás pasiendo, Y de noche, sobre todo, Debés llevarlo de modo Que al salir salga cortando».