La Aldea Antigua, La Aldea y el Mundo, San Luis

Sobre la Historia de Villa Mercedes (III)

Por Walther Alberto Medaglia

San Ignacio, una batalla decisiva
(tercera parte)

Las fuerzas de San Luis se inician en combate el 24 de marzo de 1866 en Tuyutí donde vencen a las fuerzas paraguayas, soportando el alto costo de 27 comprovincianos muertos, entre ellos el Teniente Primero Manuel Lucero, soldado pionero de Fuerte Constitucional que vivía en el sitio 5 de la manzana 31 (donde se encuentra actualmente la Escuela Mariano Moreno). Dirigidos por Ivanowski se encuentran peleando nuevamente el 18 de julio en Sauce, donde les proporcionan una atroz paliza. Las fuerzas de San Luis y Mendoza sufren 86 bajas en el enfrentamiento. Como coronación, el remanente sobreviviente debe combatir en Curupaytí el 22 de setiembre, donde sobreviene un verdadero desastre para las fuerzas mitristas. A posteriori de estos hechos, el “Batallón Pringles” fue licenciado, volviendo a San Luis, donde los que quedan son utilizados para oponerse a los levantamientos de fuerzas federales que se producen en Mendoza, La Rioja, San Juan, Catamarca y en la Provincia, que alzadas volvían para hacer oír su disconformidad a la guerra. El Gobierno Nacional necesita continuar con el reclutamiento de soldados para la Guerra del Paraguay, por demás malmirada en Mendoza. El 8 de noviembre de 1866 se acuartelan en la ciudad 280 hombres seleccionados para destinarlos a los campos de batallas. El gobernador de aquella provincia, Melitón Arroyo, trata de impedir la sublevación y envía un escuadrón de gendarmes a sofocarla, pero estos al tradicional grito de “mueran los salvajes unitarios” hacen causa común, y liberan a todos los federales que se encuentran prisioneros, entre ellos, el doctor Carlos Juan Rodríguez. Después de la Batalla de Pavón, fue detenido el 11 de diciembre de 1861 y enviado posteriormente a Mendoza. La orden la da el Auditor de Guerra del Primer Cuerpo de Ejército de Buenos Aires, don Domingo Faustino Sarmiento, al llegar en aquella ocasión a San Luis, o sea, después de seis años de cárcel Rodríguez es liberado. Mientras el gobernador Arroyo escapa a San Rafael, Carlos Juan Rodríguez ya con grado de coronel se pone al frente del movimiento que Rosa nos cuenta así: “La fuerza de línea resulta impotente para dominar a la ciudad en efervescencia. De Chile llegan emigrados federales; entre ellos Juan Saá que después de la caída de Montevideo en febrero de 1865 emigra a España, y de ahí llegado a Chile en octubre; lo acompaña su hermano el coronel Felipe. El sanjuanino Juan de Dios Videla se lanza sobre su provincia y derroca las fuerzas nacionales mandadas por el coronel Julio Campos en la Rinconada de Pocitos (5 de enero de 1867). Al día siguiente la montonera de Videla entra en San Juan al grito de ¡Viva la Santa Federación¡ ¡Mueran los salvajes unitarios¡. El 31 de enero Juan Saá toma San Luis después de derrotar a la caballería de Paunero en la Pampa del Portezuelo; el 7 de enero se fuga de la cárcel de Córdoba, con la evidente complicidad de las autoridades, el famoso guerrillero riojano Aurelio Zalazar que invade los llanos con su temible montonera. El gobernador de La Rioja, Guillermo San Román, llama a Irrazábal para ponerlo al frente de sus tropas, pero estas se niegan a recibir órdenes del asesino del Chacho y el 2 de febrero se sublevan, destituyen al gobernador y echan al propio Irrazábal. Zalazar entra en triunfo a la ciudad. Desde diciembre Felipe Varela, jefe aparente de la revuelta, se encuentra en Jachal”. No desperdicia, Rodríguez, la oportunidad que le brindan los acontecimientos, tampoco pierde tiempo, sabe bien a quién debe recurrir en una situación como la que se presenta. No duda, a los Saá. Juan, se exilia después de Pavón, pero no estará ausente por mucho tiempo, no es precisamente de los dubitativos o los que renuncian a las causas fácilmente. Con todos los antecedentes que le conocemos, no debe sorprendernos que aparezca a principios de 1865 cuando avanzan sobre Montevideo las fuerzas de Venancio Flores, el argentino y puntano Saá es puesto al frente de las fuerzas que responden a los “blancos”. Caído el gobierno de Berro, se exilia nuevamente, esta vez en España y luego en Chile, es entonces cuando lo convoca su fiel amigo. Después del levantamiento de Mendoza, Rodríguez se autoproclama Director de la Guerra y convoca a los exiliados Juan Saá y el sanjuanino Juan de Dios Videla que se encuentran en Chile. Los federales sublevados vencen a las fuerzas nacionales enviadas a sofocarlos, comandadas por Irrazábal y Rodríguez es proclamado en reemplazo de Arroyo. Luego se trasladan a San Juan y La Rioja con igual éxito, ahora le toca el turno a San Luis.

(finaliza la próxima semana)

Juan Saá, militar y caudillo político puntano, famoso por su valentía.