Especiales, La Aldea y el Mundo, San Luis

Decisiones para una nueva vida

“Te cuento mi historia”
Si sos parte del mundo y querés contar tu experiencia sumate a esta propuesta
para que nos cuentes dónde estás viviendo y a qué te dedicás.
Escribinos a: laopinionsl@grupopayne.com.ar

Tomas Quiroga Tereschuk

De la noche a la mañana cambié las Sierras Centrales por el Mediterráneo. Soy Tomas Quiroga Tereschuk, puntano, tengo 24 años y hace 8 meses tomé la decisión de emigrar a 10.138 kilómetros de mi querido San Luis. Soy periodista deportivo y el mundo de la comunicación, del que aún estoy enamorado, me llevó a desenvolverme en medios radiales, gráficos e institucionales desde los 15 años. Soy hijo de Norma y Alberto, dos pilares fundamentales en mi vida de los que mamé respeto, honestidad, lealtad y amor. Ellos siempre estuvieron convencidos que la educación pública era lo mejor y no se equivocaron. Comencé mis estudios en el jardín “Rosario Vera Peñaloza”, luego pasé por la Escuela Manuel Belgrano N°184, Camino del Peregrino. Comercio 7 y terminé el secundario en la EPA 11, Carlos Juan Rodríguez. Antes de terminar de estudiar, a los 17, fui papá. Me cambió la vida. Al encontrarme con el nacimiento de Alma, mi cabeza empezó a girar y pensar en torno a su bienestar y futuro. Aunque de chico mantuve el convencimiento de que el techo de las personas lo pone uno mismo, siempre tuve la curiosidad de conocer el estilo de vida europeo, pero no solo de visita, sino como uno más de ellos. Tenía casi todo resuelto en mi querido San Luis hasta que un día le pregunté a Brenda, mi pareja, ¿y si cambiamos de vida? ¿y si probamos otra cultura, otra forma de vivir?
Atónita, sin haber esperado la propuesta, me dijo “bueno”. Ese mismo jueves compré un boleto de avión y creo que sin tomar magnitud de lo que había hecho me dediqué a renunciar en mis cuatro trabajos.
72 horas después llegué solo a España. Presentí que venir con la familia sería arriesgado, además tampoco contaba con el dinero suficiente como para afrontar los demás boletos. Al salir del aeropuerto de Madrid no podía creer dónde estaba. Ya no era redactor de El Diario de la República, ya no era profesor en el IFDC JPP, ni mucho menos locutor en la radio: era un simple desempleado con hambre de trabajo. Seis horas más tarde pude respirar el aire del Mediterráneo a la altura de la costa granadina.


Después de hacer unos gastos de traslado, no había podido hacer el cambio de moneda y me encontré en aprietos justo antes de empezar a buscar trabajo. La kiosquera me dijo: “No te hagáis drama. Te presto unas copias y luego cuando consigas curro me lo devolvéis”.
Gracias a Dios me bastaron diez minutos y un currículum para devolverle los 35 céntimos que me prestó. Fue todo raro. No tenía ni 24 horas en el viejo continente y ya había cambiado la redacción por la atención al cliente. Ya no era criterio periodístico, ahora era el criterio gastronómico. No se trataba de reportaje, se trataba de la forma en preparar cocteles al pie de la playa. Aunque estuvimos casi tres meses separados, hoy estamos juntos con Alma y Brenda. Pasamos un Año Nuevo distinto. El frío europeo te hace sentir lejos de casa. Los amigos no son los mismos. El abrazo de la vieja es el que más extraño. El mate es el mismo, pero el entorno no. Las comidas no saben igual. Todo es diferente, menos el cariño y el amor entre nosotros, eso no cambió en nada. Nos encontramos en un pueblo muy acogedor, donde el 60% de sus habitantes son nórdicos jubilados, o “guiris”, como le llaman los españoles. Nuestra hija se ha adaptado muy bien al sistema escolar y eso es muy gratificante para nosotros. Somos un equipo. Hay días muy difíciles y tristes, pero siempre uno de los tres salta a contener todo eso que pasamos. Aunque echo de menos el aire serrano, siento cada día más lejos volver a vivir a casa. La calidad de vida en este lado del charco te motiva a conseguir objetivos que muchas veces se ven imposibles en Argentina.
Debo reconocer que acá es muy fácil comprar lo que sea, lo podés tener todo. Pero no el cariño y el afecto de los tuyos.