Aunque no lo creas, fui a ver un partido de fútbol
IRIS
Te cuento un cuento: resulta que el otro día estábamos medio de gusto, ya me iba a dormir la siesta. Empezó la Dionne que es la nieta juega fútbol femenino en un club de Villa Mercedes. Bueno, que vamos, que no vamos, que estoy cansada. Éramos cuatro, dice que pagamos la nafta entre todas, la entrada es gratis y después tomamos mate en lo de la Hildita. Te digo la verdad, cuando escuché gratis… dije, vamos. La nena debe ser medio tronca, pero un poco de sol, hablamos pavadas, volvemos tempranito y listo. Llevamos banquito por las dudas.
Mirá nena, en esta era Milei hay que agarrar todo lo gratuito, porque la mano viene durísima.
Pensé: se comerán una goleada, con tantos pepinos hacemos una ensalada y chau. Bien, arrancamos, solcito, el auto no falló y andaba todo derechito. Llegamos al club, besitos y eso. Las chicas muy gauchitas, todas contentas de jugar, de encontrarse, de hacer actividad física. Muy bien. Sacamos los banquitos y nos pusimos pegadas al alambre del lado del ataque nuestro. Ah… había árbitra. Una flaquita, Dios mío. Pensé esta es puro silbato, debe ser una bombera. En fin… arrancó parejo el partido. Césped sintético. Las otras como que me parecían más grandotas, con más físico, no sé… tal vez la camiseta toda azul. Menos cara de nenas. Tiraban unos bombazos, la arquera nuestra bastante bien. Juego normal, pocas fricciones, no aterrizó ninguna. Justo que se largaba el mate, terminó el primer tiempo. Juegan dos tiempos de treinta minutos cada uno. Un pitazo la árbitra, que ni la final del mundo. Me levanto para estirar un poco las piernas y camino para otra cancha más grande. De once, la nuestra era de siete jugadoras. Contra el alambre me encuentro un cartelito que me encantó. Me pongo los lentes, y me lo leo todo. Qué correcto, qué bien. Es como que una jugadora le escribe a su padre:
Recordá que solo es un juego
No le faltes el respeto al árbitro
No me grites en público
No critiques a mi entrenador
Disfrutá viéndome jugar
Alentá a mis compañeros
No pierdas la calma
No me des lecciones
Tus acciones son mi ejemplo
Con tu apoyo soy feliz
Me lo leí como siete veces, me pareció estupendo. Tan reparador, tan sano, tan importante. Nada de histerias, un juego. Vamos todos calmados a disfrutar un juego hermoso. Chicas felices que se juntan a hacer una actividad en común. Nada de volverse todos locos.Porque para amarguras hay tantas cosas. En seguida pensé, esto lo leo bien y se lo cuento a las chicas. Pedí una lapicera y me lo copié todo. Las chicas perdieron, pero fue un lindo partido. Y al final se saludaron lo más bien. Una cosa normal, placentera, reconfortante. Me encantó haber ido y compartir un momento tan piola. Partimos todas a lo de Hildita. Mucho mate con tortitas, muy ricas. Hablamos hasta por los codos, todas juntas, no se entendió ni medio. Igual no me importaba mucho, yo seguía pensando en el cartelito y en lo mucho que me había gustado ir esa tarde a ver el partido.
Todo lío, River y Boca. Parece que era gol de River y lo anularon porque la pelota no entró.
Justo el arquero grandote que le dicen Chiquito metió un manotazo salvador. Unos dicen que entró y otros dicen que no. Mil imágenes y videos y fotos desde todos los ángulos. Que el árbitro, que el VAR, sigue la polémica. En todo el mundo hay polémica, me habló desde Madrid Carlotina y dice que le robaron el partido al Barcelona. El mundo es así. Por eso, quizás por eso, me encantó el cartelito.
