La Aldea y el Mundo, San Luis

No salió el sol del veinticinco…

IRIS

Nena, querida, ¿cómo pasaste el 25 de Mayo? Ya sé, frío, mucho frío. Nevó en las sierras y todo eso. Nosotros, un locrito nos comimos, porque tampoco es cuestión. Sí, y también tomamos unas copitas de un tinto grueso. Había que apagar un poquito ese locro tan pretencioso. (La Dione dice que era casero, pero a mí la Juliana que vive al lado me dice que vio la bicicleta del chico del reparto de la rotisería). Oíme, yo no tengo nada contra Córdoba, ni la provincia, ni la ciudad. Pero no es lugar para que el presidente de la Nación vaya justo el 25 de Mayo.

Allá por mayo de 1810, a Córdoba la Revolución no le gustó ni medio, no quería reconocerla y todo eso.

Y justo ahí van a festejar. No me parece lo correcto. Lo vi por la televisión al Bartolo Abdala en primera fila en todos lados. Muy bien presentadito, pero no me gustó el abrigo. Esa capuchita no va. Todos los funcionarios, nacionales, provinciales o municipales, saben que el 25 de mayo te morís de frío estés donde estés. En cambio, la Victoria Villarruel tenía un lindo tapadito, muy fino.
Nena, vos con tantos líos te me quedás tranquila. No te enganches en los disparates que dicen, los gritos, las peleas y todas esas cosas tan tóxicas. Hay que relajarse un poco, no entrar en rencillas menores ni en grandes desbarajustes. Un buen sillón, una linda frazadita, algún tejido. Unos buenos mates y a pasar lindas tardes con amigas. Si el mate te cae mal, o te hace doler la panza, te tomás un lindo té calentito. Si encendés la televisión que sea para ver alguna pavada, algo ligero. Yo diría que novelitas no hay más. Antes nos entreteníamos con eso. Eran medio ligeritas y pavotas, o muy de llorar, pero te llenaban la tarde.

Hoy habla cada gil a cuadros que no te cuento. Todos comentarios agresivos, chismes, estupideces.

Viste que le dicen panelistas. Y si te enganchás con el noticiero, es peor. Porque empiezan con las policiales y con cosas tristes que no me gustan. Me amargan la tarde.

Me paso al horóscopo. Mirá, hay cuatro grandes grupos que se diferencian gracias a sus elementos distintivos.

Allá voy:

  • Elemento Fuego: Aries, Leo y Sagitario. Las nacidas bajo este elemento son conocidas por su dinamismo, entusiasmo y fuerte voluntad, ya que el fuego está asociado con la energía, la pasión y la acción. Otro de sus puntos fuertes es la creatividad y la capacidad innata para motivar a los demás. Eso sí, pueden pecar de ser impacientes e impulsivos. Además tienen una personalidad extrovertida y suelen ser líderes naturales, impulsados por el deseo de explorar y conquistar.
  • Elemento Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. La Tierra representa la estabilidad, la practicidad y la materialidad. Encontramos a personas trabajadoras, responsables y confiables que suelen sentir predilección por la seguridad y el confort. Son conocidos por su paciencia y capacidad para planificar a largo plazo, lo que los convierte en excelentes administradores y planificadores. En el lado menos amable, puede ser que la naturaleza de Tauro, Virgo y Capricornio les conduzca a convertirse en personas reacias al cambio y que terminen siendo demasiado materialistas.
  • Elemento Aire: Géminis, Libra y Acuario. Los nacidos bajo este elemento son mentales, curiosas y disfrutan del intercambio de ideas, ya que su naturaleza está vinculada con la comunicación, la intelectualidad y la sociabilidad. El amor por la libertad y la independencia les puede guiar a ser demasiado desapegados emocionalmente, al mismo tiempo que son signos marcados por la indecisión.
  • Elemento Agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. Las emociones, la intuición y la sensibilidad son las principales particularidades de las nacidas bajo este elemento. Suelen ser personas empáticas, intuitivas y profundamente conectadas con sus sentimientos y los de los demás. Gracias a su gran capacidad imaginativa, tienen una rica vida interior y una fuerte inclinación hacia lo espiritual o lo artístico. Esa fuerte unión con lo emocional les puede convertir en personas susceptibles a cambios de humor.