Vamos… camine a la ducha
IRIS
Les aviso, y quedan fehacientemente notificadas, que voy a pasar a dedicarme a cosas útiles. En mis recorridas por las calles estoy notando varios detalles.
Voy a empezar por un punto muy importante. Chicas y chicos, por favor se me bañan más seguido.
Hay como una tendencia a la roña. No hay excusa: ni que es invierno, ni que hay que ahorrar gas, ni que falta tiempo. Nada. Sobre todo, chiquilines y adolescentes. Vamos, agüita y jabón que cuesta poco y mejora todo, más que nada el olor insoportable. De cualquier manera, no los voy a abandonar y les voy a dejar mi aporte. Antes, aclaro: mejor bañarse dos veces al día. No obstante, les dejo las ventajas de bañarse de día (impulso energético y emocional), o bañarse de noche (relajación). O sea, al levantarse o antes de acostarse.
Dicen que ducharse a primera hora del día puede tener un impacto positivo en la regulación del ritmo circadiano (ciclo natural de cambios físicos y de comportamiento que experimenta el cuerpo humano en veinticuatro horas). Este ritmo, que actúa como un reloj interno, es clave para mantener nuestros ciclos de sueño y vigilia.
La ducha matutina actúa como una señal que ayuda a despertarse y volverse más alerta, iniciando el día con energía.
O sea, como que le avisás a tu cuerpo que te levantaste. Por otro lado dicen que una ducha matutina puede estimular la liberación de neurotransmisores como la serotonina, el cortisol, la dopamina y la norepinefrina. Estos químicos son esenciales para regular nuestras emociones y reducir el estrés. El baño nocturno es especialmente ideal para las personas que tienden a sudar durante la noche, acumulando sudor y bacterias en la piel. Una ducha matutina ayuda a eliminar estos residuos, tipo mugre, y a empezar el día con una sensación de limpieza. Para la salud directa, y si tenés mucho coraje y valor del bueno, le metés hasta un minuto y medio de agua fría, esto te ayuda a reducir los días de enfermedad en casi un tercio. Eso sí, tratá de no resfriarte.
Ahora pasamos a si te querés bañar de noche. Al final del día, la piel ha acumulado aceites, contaminantes y suciedad. Otras mugres. Una ducha nocturna ayuda a eliminar estos elementos, permitiendo acostarse con una piel limpia. Esto es especialmente importante para quienes realizan ejercicio o actividades físicas.
La ducha nocturna también puede mejorar la higiene del sueño porque el cuerpo naturalmente se enfría al acercarse la hora de dormir.
Entonces, una ducha caliente eleva temporalmente la temperatura corporal, lo que permite un enfriamiento más rápido y facilita el sueño. Se recomienda ducharse unos noventa minutos antes de acostarse. Te dormís más rápido y apolillás mucho mejor, porque la ducha te desconecta. Eso sí, si hiciste alguna cosa divertida en la cama o aledaños, sola o acompañada, te me bañás sí o sí. No empecés con que el olor residual te erotiza y esas gansadas. Camine a la ducha, vamos.
Conclusión final: al levantarte o al acostarte, como quieras, como te convenga, pero te bañás, por lo menos, una vez al día. Incorporarlo en tu rutina diaria. Y si es dos veces al día, mejor. En verano ni te cuento. Y nada de todo suavecito que ni removés la mugre, no. Una cosa intensa. Ojo la tierrita que se te acumula entre los dedos de los pies. Tenés que ir dedito por dedito, sobre todo si los tenés medios chanfleados (o sea, uno para cada lado). Algunas son muy proclives a lavarse la cabeza aparte. Hacé lo que quieras, no me parece gravitante a la hora de juzgar tu higiene personal. El desodorante y la colonia, además de que están carísimos, y aunque sean importados o de marca muy piripipí jamás suplen al agua y al jabón. Otro día te voy a pasar un listadito de algunos alimentos o comidas elaboradas que dejan más olorete en la piel que otras.
Ah, de paso, si hacés milanesas, churrasco o algo de eso, por favor ventilá tu casa.
De chiquita, bah no tan chiquita, en la secundaria teníamos un profesor, justamente de la materia Higiene y Puericultura, que se traía todo el menú de la noche anterior en el saco. Jugábamos a adivinar que había cenado. Travesuras de chiquilinas.