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El asesinato de Ivanowski (Primera parte)

Por Walther Alberto Medaglia

Villa Mercedes desde su fundación en 1856, como Fuerte Constitucional en los primeros años, fue asiento del regimiento Cuatro de Caballería, fuerza militar que en las próximas dos décadas tendrá un protagonismo importante en batallas de renombre, no solo de la historia regional, sino, de aquellas contiendas que la propia historia nacional no puede omitir cuando narra la formación de la Nación. Salvo los períodos de dominio federal de los Saá (Juan y José Felipe), el coronel José Iseas fue su jefe, hasta principios de 1872, cuando pide el relevo por enfermedad. Al correr el año 1874, quien ostenta esa jefatura es el general Teófilo Ivanowski, y los pormenores que rodean un suceso trágico, su asesinato en el marco de una revolución nacional, es el motivo de nuestro relato.
Hacia la segunda mitad de 1873, ya asoman los candidatos que competirán en las próximas elecciones presidenciales: Nicolás Avellaneda por el Partido Nacional que cuenta con el apoyo del presidente Domingo Sarmiento, Bartolomé Mitre por el Partido Nacionalista, Adolfo Alsina por el autonomismo porteño y Manuel Quintana apoyado por el jefe de fronteras José Miguel Arredondo. A medida que se van conociendo los resultados de los comicios provinciales y de una elección legislativa comienzan a entretejer alianzas, Alsina declina su candidatura para apoyar a Avellaneda, quien acepta como compañero de fórmula a Mariano Acosta del autonomismo, creando así el Partido Autonomista Nacional, mientras Arredondo termina apoyando la fórmula de Mitre con Juan Torrent.
Las elecciones se realizan en abril del año siguiente y el recuento de votos da el triunfo a la fórmula Avellaneda-Acosta con 146 electores, Mitre-Torrent suman, solo, 79. Disgustado con el resultado, el general que había ganado su presidencia con el negociado de la Batalla de Pavón y que no lograba ser electo, publica una proclama de contenido revolucionario denunciando fraude: “Ha llegado el momento de que el partido Nacionalista se ponga de pié y acepte la lucha en el terreno de la fuerza a que le han arrastrado sus opresores” (Pérez Amuchastegui 1972).
Es importante destacar que Mitre cuenta con el apoyo de los generales Arredondo e Ignacio Rivas y del coronel Francisco Borges con mando en las fronteras desde Bahía Blanca hasta el sur de Córdoba, el posible respaldo de Antonino Taboada en Santiago del Estero y otros apoyos. El 24 de setiembre el diario La Prensa bajo la pluma de José C. Paz en su editorial titulado “Último Recurso”, informa la sublevación de las cañoneras Uruguay y Paraná ancladas en el puerto de Buenos Aires, al acto sedicioso el gobierno responde movilizando sus fuerzas inmediatamente, por lo tanto, Mitre se ve obligado a trasladarse a Uruguay.
Sarmiento instalado en su despacho y frente a un telégrafo recibe la noticia que desde Río Cuarto le manda el coronel Julio Argentino Roca, mediante la cual comunica el asesinato que se ha perpetrado en Villa de Mercedes, la víctima ha resultado ser el general Teófilo Ivanowski quien está a cargo de ese comando de frontera, el victimario, el general Arredondo.
Nos detenemos en el análisis de los acontecimientos que desencadenaron los hechos.
Este confuso y no menos controversial episodio proporciona a los historiadores considerable material, a partir del mismo se pueden desarrollar diversas hipótesis, conjeturas o relatos. Este trabajo aporta testimonios de actores y espectadores del suceso, interesantes teorías de investigadores e historiadores, pero dejaremos de lado a terceros que escriben sobre el tema, repitiendo las versiones originales.
Sobre los relatos con que contamos, comenzaremos por una historia argentina, veamos que dice la Crónica Argentina de Codex al respecto:

José Iseas (Córdoba, 1814 – Villa Mercedes, San Luis, 1882) fue un militar argentino, líder del partido unitario en la provincia de San Luis y fundador de la ciudad de Villa Mercedes.

En setiembre se hallaba en San Luis el general Arredondo, quien se había trasladado a Villa Mercedes con permiso de Sarmiento, después de invocar un pretexto de enfermedad y de indicación médica. El presidente, que tenía noticias del movimiento que debía estallar después del 12 de octubre, ordena a Ivanowsky que vigile rigurosamente a Arredondo.
El 24 de setiembre, este jefe subleva los efectivos del 3 de infantería y del 4 de caballería, y su jefe, comandante José S. de Lafuente, recibe orden de Arredondo de arrestar al general Ivanowsky, que nada sabía del pronunciamiento. Lafuente encomienda la misión de detenerlo al teniente Crisólogo Frías, a quien Ivanowsky había hecho expulsar del 4 de caballería por mala conducta.
El 25 de setiembre Frías se dirige al alojamiento de Ivanowsky, seguido de unos 10 soldados. No bien llega a la habitación donde duerme el general, revólver en mano, le ordena que se rinda. Pero aquel, reconociendo la voz, se resiste y le responde: , al tiempo que trata de procurarse su revólver. Más Frías no le da tiempo y le hace dos disparos que dan en el blanco.
Mientras Frías huye, Ivanowsky, tambaleante, trata de abrir la puerta y salir. Pero desde afuera llega una descarga cerrada, hecha por los soldados de Frías, y el general cae herido de muerte.

Eliminado este jefe, Arredondo marcha hacía San Luis, al frente de las fuerzas revolucionarias, y ya en esta ciudad recibe el apoyo del gobernador, Lindor Quiroga, y de sus partidarios” (Pérez Amuchastegui 1972).
A su vez, al indagar en las principales historias regionales, la Historia de San Luis de Urbano Joaquín Núñez, ubica al suceso de la muerte del general el mismo 24, día de la Virgen de las Mercedes y patrona de la villa. Previo al relato, el historiador nos narra que días antes, los hombres del gobernador Quiroga intentaron aprehender a Ivanowski, mediante un agasajo que le brindaron en la ciudad de San Luis. Este anticipo es significativo, porque la intención era alejarlo de la tropa y reducirlo para que Arredondo se hiciera cargo del regimiento, interesante dato de Núñez, porque da al gobernador Quiroga como parte del plan revolucionario desde su gestación, diferente a Crónica que apunta su apoyo como posterior. El intento fracasa por la intervención involuntaria e inoportuna de una mujer que frustra el propósito.
Núñez nos cuenta que el día 24, los sucesos se desarrollan así:

“…los oficiales complotados invitaron al general Ivanowski a un almuerzo que se serviría en la casa del comandante Benjamín Sastre, con la intención de prenderlo y encerrarlo en el sótano. Más el general tenía otro compromiso y se retiró a su domicilio, en la esquina de Balcarce y Suipacha (actualmente calles Balcarce y España). Allí lo fue a buscar Crisólogo Frías, tipo probado de valiente, a quien Arredondo le encargó la faena de tomar a Ivanowski vivo o muerto. A la siesta fue. El porta Frías se adelantó al piquete que reforzaba su valor y penetró en la pieza donde el general dormía. Junto con un tiro de revólver, le espetó este sarcasmo: Del lecho saltó, despavorida, una mujer. Los hombres se trenzaron. No lo mató Frías, porque logró zafarse de las manazas de Ivanowski y salir a la calle, cerrando la puerta tras sí. Rugía el general encerrado. Y a través de las tablas de la puerta, los soldados del piquete lo balearon sin asco” (Núñez 1980).

Esta versión de la presencia de una dama en el momento del asesinato la había escuchado de José Ignacio Muruzeta, miembro fundador de la Junta de Estudios Históricos de Villa Mercedes, a quien me unía una amistad. En alguna de las largas charlas que sostuvimos en su casa de calle Los Álamos, me contó de la presencia de una mujer en la habitación del general, situación que fue aprovechada por sus atacantes. Coincide con Núñez que el encuentro previsto con una vecina de la villa, tal vez, fue el motivo para rechazar la invitación de Arredondo. (continúa la próxima semana)

Bartolomé Mitre (1821-1906) fue un político, militar, historiador, escritor, periodista y estadista argentino. Fue presidente de la Nación y gobernador de Buenos Aires. Fue uno de los líderes del Partido Unitario. Vencedor en la decisiva batalla de Pavón en 1861, puso fin a la Confederación Argentina y consolidó la unificación del país. Se convirtió así en el primer presidente constitucional en gobernar una Argentina unificada.