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Todo el gran talento de Daniel Barenboim

Editorial

Daniel Barenboim es uno de los pianistas y directores de orquesta más reconocidos de nuestro tiempo. Recorrer su prolífica carrera es una tarea apasionante. Nació en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1942 y a los cinco años comenzó sus estudios de piano de la mano de sus padres, ambos distinguidos pianistas. A los siete, dio su primer concierto en su ciudad natal. En 1952, la familia Barenboim se trasladó a Israel y Daniel fue enviado a Salzburgo, Austria, donde estudió dirección con Igor Markevitch. Completó sus estudios de armonía y composición en París, bajo la tutela de Nadia Boulanger.
Pronto debutó como pianista en las ciudades de Viena y Roma, París (1955), Londres (1956) y Nueva York (1957). Su enorme talento maravilló a los grandes intérpretes de la época y su carrera se volvió imparable, brindando conciertos en Europa, Estados Unidos, Sudamérica y el Lejano Oriente.
Fue director de las más reconocidas orquestas del mundo: la Filarmónica de Londres, la Sinfónica de Chicago, la Ópera Metropolitana de Nueva York, del Teatro alla Scala de Milán y la Ópera Estatal de Berlín. En 2006 la Filarmónica de Chicago lo nombró Director Honorario vitalicio y, en 2019, la Staatskapelle de Berlín hizo lo propio. También se desempeñó como director de ópera en los Festivales de Edimburgo, de Bayreuth y en los Conciertos de Fin de Año de la Orquesta Filarmónica de Viena. A lo largo de más de siete décadas, su talento magistral se evidenció en la interpretación de los grandes “maestros” de la música clásica: Beethoven, Schumann, Schubert, Debussy, Wagner, Chopin, Brahms, Bruckner, Tchaikovsky, Strauss, Schönberg, solo por nombrar algunos.
Uno de sus proyectos más importantes fue la creación, junto al escritor palestino Edward Said, en 1999, de la West-Easter Divan Orchestra, que reúne a jóvenes músicos de Israel, Palestina y otros países árabes. Su objetivo es fomentar la unidad, el diálogo y el respeto por las diferencias culturales y religiosas entre las naciones de Oriente Medio, a fin de promover la paz en la región. En este marco, fundó en 2015 la Academia Barenboim – Said en Berlín, para la educación de jóvenes talentos del cercano Oriente. Estas iniciativas le valieron, en 2011, la nominación al Premio Nobel de la Paz. A este reconocimiento se sumaron muchos otros a lo largo del mundo, en agradecimiento a su incansable tarea. A pesar de recientes problemas de salud, que lo han obligado a alejarse de los escenarios, su amor por el arte no claudica. Como el mismo Maestro ha declarado: “He vivido toda mi vida en y para la música”.