LA REVOLUCIÓN DE MAYO, Y EL JUNIO DE LOS PRIMEROS
Por José Villegas
Reconocer y además, ¡acatar!
En el anochecer del día 11 de junio de 1810, el mensajero oficial Manuel Corvalán llegaba a San Luis trayendo notas de la junta provisional de gobierno y del cabildo de Buenos Aires y, anexadas a ellas, la proclama del 26 y la circular del 27 de mayo.
El día 12 de junio los capitulares puntanos redactan en total acuerdo el acta de reconocimiento y obediencia a la Primera Junta, lo que convierte a San Luis en la primera de las actuales provincias argentinas en reconocer y acatar en un todo al primer gobierno patrio. Debemos advertir y aclarar que hay historiadores que cuestionan nuestras aseveraciones respecto de la fecha en la que nuestros capitulares deciden el reconocimiento, y esto es debido a que por ejemplo Entre Ríos recibió las noticias y la documentación el 5 de junio.
Entonces, ¿qué debemos aclarar?: que San Luis fue la única ciudad cabildo que además de reconocer al nuevo gobierno, acató sin vacilaciones ni especulaciones todas las disposiciones del mismo, cosa que las demás no hicieron. Es decir, reconocieron (salvo Córdoba que ni siquiera aceptó a la Junta), aunque se “reservaron” el acatamiento.
Acta “Ha recibido este Ayuntamiento el oficio de V. E. que con fecha 29 de Mayo próximo pasado se dirigió acompañado por los ejemplares de las disposiciones tomadas en esa Capital en orden a la Exelentísima nueva Junta Gubernativa, y demás anexo, cuyas determinaciones venera protestando en un todo sacrificar hasta el último aliento en obsequio de nuestro amado soberano el Sr. Don Fernando 7° principal objeto, haciendo entender a sus súbditos esta precisa obligación, de cuya pronta unión no duda para seguir las huellas que le demarca la sabia dirección de V.E. en defensa de sus derechos. No se ha practicado al próximo la elección de Diputado que se nos previene, por hallarse varios vecinos de los principales por la jurisdicción de esta ciudad; pero graduando la distancia, y tiempo preciso para su comparecendo se les ha convocado para el 28 del corriente en cuyo día se piensa practicar, y a su conclusión una misa solemne en acción de gracias. Dando cuenta a V.E. por el correo más próximo de todo lo acaecido en el particular. Nuestro Señor guíe felizmente la importante vida de V.E. muchos años. Sala Capitular en San Luis y junio 13 de 1810.” Marcelino Poblet; Agustín Palma; Gerónimo de Quiroga; Alejandro de Quiroga; José Romualdo Ortiz; Lic. Santiago Fúnez.
¡Felicitados!
El jueves 28 de junio de 1810, en su N°4, la “Gaceta de Buenos Aires” publica el oficio del Cabildo de San Luis con fecha 14 del mismo mes, por el que esa institución reconoce la autoridad de la Junta Provisional Gubernativa. También en dicho número se publica el Decreto por el que la Junta felicita al Ayuntamiento de San Luis por la celeridad en manifestar su adhesión.
La orden de publicar aquel determinado y valiente oficio es del Dr. Mariano Moreno, quien cree que esa ejemplar acción debe contagiar al resto de las localidades del interior de ese Virreinato que se niega a desaparecer. Además, y mientras tanto, el Secretario de Gobierno y Guerra, quien trabaja hasta la madrugada, va redactando el “Plan Revolucionario de Operaciones” y el “Decreto de Supresión de Honores”.
Pero, el día anterior, el jacobino criollo, escribe y hace enviar un oficio reservadísimo a los capitulares de San Luis, muy preocupado por la situación en Cuyo. Sobre todo en Mendoza, donde todo era poco claro, ya que el comandante de armas Faustino Ansay, comulgaba con los sublevados de Córdoba.
Anuncia además, (esto sí por circular pública dirigida a los cuyanos), que el teniente coronel del Regimiento N°1 de Arribeños, don Juan Bautista Morón, “ha sido designado para el desempeño de una comisión de la mayor importancia para la tranquilidad general y conservación de estas provincias”.
Aquel genial revolucionario escribía a los puntanos en la noche de ese frío miércoles porteño:
“La Junta cuenta con recursos efectivos para hacer entrar en sus deberes a los díscolos que pretendan la división de estos pueblos. Los perseguirá y dará un castigo ejemplar que escarmiente y aterre a los malvados”.