DÍA INTERNACIONAL DE LAS POBLACIONES INDÍGENAS
Editorial
El 23 de diciembre de 1994, durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, la Asamblea General decidió que se celebre cada año el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas el 9 de agosto. Esa fecha conmemora la celebración de la primera reunión, en 1982, del Grupo de Trabajo sobre poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías.
Los pueblos indígenas son herederos de una gran diversidad lingüística y cultural, así como de costumbres y tradiciones ancestrales. A pesar de su diversidad, la mayoría de los pueblos indígenas comparten aspectos comunes importantes. Entre ellos, la forma de relacionarse con sus territorios tradicionales y su entorno, así como la voluntad de preservar sus formas de organización, sus valores culturales, sociales y económicos que con frecuencia son diferentes a las normas que predominan en las sociedades en las que viven. Aunque plurales, los pueblos indígenas comparten desafíos similares al momento de defender el reconocimiento y protección de sus derechos fundamentales. En la actualidad los pueblos indígenas se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos, mantener sus culturas y sus formas de vida.
En San Luis sucedieron algunos hechos trascendentes. Se respetaron sus derechos: se les devolvieron sus tierras, se les respetó su cultura. Con esa consigna se construyeron viviendas, hospitales, escuelas, espacios libres, siempre bajo su tutela, su decisión, su libertad. Libres y respetados.
Hasta aquí la letra de los organismos internacionales. Muchos dichos. Mucho discurso. Ahora algunas realidades. Los pueblos indígenas están cada vez más expuestos a las migraciones forzadas, que a menudo son el resultado de desastres ecológicos o conflictos sociales y políticos. Son expulsados de sus territorios, y ven que sus estilos de vida y culturas se desintegran y, con frecuencia, las perspectivas de retorno se desvanecen.
-Más del 86% de las personas indígenas de todo el mundo, en comparación con el 66% de sus homólogos no indígenas, trabajan en la economía informal.
-Además, tienen casi tres veces más probabilidades de vivir en condiciones de extrema pobreza que sus homólogos no indígenas.
-El 47% de todas las personas indígenas que trabajan no tienen educación, frente al 17 por ciento de sus homólogos no indígenas. Esta brecha es aún mayor en el caso de las mujeres.
En San Luis sucedieron algunos hechos trascendentes. Se respetaron sus derechos: se les devolvieron sus tierras, se les respetó su cultura. Con esa consigna se construyeron viviendas, hospitales, escuelas, espacios libres, siempre bajo su tutela, su decisión, su libertad. Libres y respetados.