VISITAS
Por Ana María Calderoni (*)
Saber quién soy cada vez que me despierto es una tarea muy difícil que suele llevarme casi toda la mañana.
En esa tarea estaba hoy mientras deambulando por la casa recortaba hojitas muertas de las plantas.
Eso es algo que parece que hago siempre mientras vuelvo a encontrarme cada día. No sé si siempre me encuentro toda. Creo que hay rasgos que se van perdiendo, o se van a otra persona.
A veces hay matices o recuerdos que no reconozco, podrían ser de la vecina rubia.
Hoy me encontré con un pequeño árbol de tomates, una espiga de trigo y una orquídea muy bonita surgiendo desde las baldosas, entre las macetas. Entonces dejé mi tijera de cortar sequedades y busqué agua para incorporar los tomates, el trigo y la orquídea a mi jardín.
Espero que no desaparezcan esta noche, como pasó con la palmera de ayer.
(*) Soy algo amarga de achicorias y pomelos, algo dulce de mandarinas, membrillos, damascos y batatas, algo salada de tanto tragar lágrimas. Algo escéptica. Ando entre malabarismos de holas y adioses. Me refugio de las confusiones y de las ilusiones escribiendo. Silenciosa. Incurable.
Exquisito texto, como todos los de Ana María, talento fresco y natural
Gracias Karina!
Buenísimo querida amiga!!!
Gracias Laura!
Hermoso tu texto Anita toda una odisea reconocernos cada mañana!!!
Sí, Yessica! Gracias
Gracias Laura!
Hermoso todo. Muchas gracias por compartirlo.
Muy buenas Ana Maria. BESOS