Domingo 16 de enero de 1921

A raíz de las publicaciones que ha hecho la prensa local sobre los enormes perjuicios que viene causando a innumerables vecinos el Dique de Graciarena sobre el Río Conlara, parece que el Poder Ejecutivo se ha resuelto a tomar cartas en el asunto,  y, a tal fin, ha hecho buscar el expediente administrativo respectivo, y, según se nos informa, se ha extraviado.

Esta rara coincidencia dará un espléndido pretexto al Poder Ejecutivo para no hacer nada y quedar bien una vez más con el poderoso, que con su dique mantiene en jaque a una importante y rica zona ganadera de la provincia.

En una administración como la actual cuyos dirigentes se jactan de no extraviar ni un alfiler, es altamente sugestivo la pérdida de un expediente de tanta importancia como el que nos ocupa.

Como quiera que sea, con o sin expediente, el Poder Ejecutivo está en el ineludible deber de atender las quejas de los ribereños del Conlara y, una vez comprobado los perjuicios que causa la construcción ilegal del dique de Graciarena, tomar una resolución definitiva volviendo las cosas al estado anterior de esa obra nefasta y fatal.

El gobierno actual que está en vísperas de terminar de su mandato legal haría una obra buena, ya que las malas se cuentan a granel, retirando la concesión de ese dique que se otorgó sin perjuicio de terceros, y que por una ironía resulta que perjudica a cuanto interesado beneficiaban las aguas del Conlara.

Hay ciertos asuntos de gobierno, como el presente, que no pueden ni deben mirarse con un criterio partidista, sino con el de los sagrados del bienestar general.