Por Perla Bordón (*)

 Soy semilla fecundada,
 en la ceguera nocturna       
 y fui acrecentando 
 mi ser, en un nido, 
 de caléndulas, calas,
 acacias y camafeos.
 Como un camaleón, 
 me transformé,
 en cartílagos y capilares,
 carnes y catalejos,
 hasta quedar acabada.
 El canal se dilató,
 me parí, me alumbré, 
 con la calandria gorjeando,
 un domingo hecho verano,
 que sacudió su modorra,
 se vistió de lluvia, de calor.
 Y sin ser anunciada,
 me planté como persona.
 Era el cuatrocientos mil
 seiscientos 
 cuarenta y cuatro, 
 del calendario chino, 
 A lo lejos, muy a lo lejos,
 canciones de libertad,
 sonaban en:
 Irán y Pakistán,
 entrelazados con cinta,
 del Quijote y Dulcinea.
 Me anotaron Carmen Rosa,
 sabia elección,
 como mi madre admirada.
 Derramando Perla
 mis hermanos,
 para el andar cotidiano.  
   

(*) Soy Perla Bordón. Nací en San Luis, soy docente jubilada de nivel primario. Ejercí en zonas rurales y urbanas. Ese contacto con niños de mirada inocente y pura me llenó  de experiencias únicas. Quizás fue la semilla que impulsó a darle forma a mi escritura. El ingresar al Taller de Silenciosos Incurables de la profe Viviana Bonfiglioli, la que supo guiarme sabiamente, completó mis deseos de escribir. Ahora en este presente, disfruto, cuando una gotita de creación ve la luz.